Los insectos son el grupo animal que domina la Tierra. Constituyen cuatro quintas partes del reino animal. Han habitado la Tierra desde hace más de 300 millones de años. Y siempre han convivido con los seres humanos. Desde la época prehispánica se registra el consumo de muy diversos insectos aunque con el paso del tiempo su consumo ha decrecido más por cuestiones sociales relacionadas con su aspecto o gusto.
El hecho es que comer insectos es una de las formas más económicas y sencillas de consumir proteínas y nutrientes y bien podrían combatir el hambre de millones de personas en el mundo. En últimas fechas el consumo de insectos está más relacionados como caso paradójico por las clases urbanas de ingreso alto que les consideran un alimento gourmet, mientras que en comunidades indígenas y rurales se siguen consumiendo de manera cotidiana.
Abejas, avispas, hormigas, termitas, chapulines, chinches de monte, gusanos de los palos, gusano del nopal, de maguey y de maíz son los más comunes.
Llenos de grasas buenas
Los denominados “gusanos de los palos”, albergan gran cantidad de grasas capaces de proporcionar una elevada cantidad de calorías a la dieta.
Posibilidades infinitas para nutrirse
Investigadores de la UNAM han contabilizado hasta 531 especies de insectos comestibles pertenecientes a diferentes grupos entre ellos destacan los: chapulines, libélulas, moscas de mayo, chinches acuáticas y terrestres, cigarras, periquitos, escarabajos acuáticos y terrestres, mariposas diurnas y nocturnas, tricópteros, moscas, moscos, abejas, hormigas, avispas y termitas, que suelen consumirse en estado inmaduro ( lo cual también influye en el gusto pues como ejemplo citaremos que los chapulines grandes “raspan” más y tienen un sabor más fuerte que los pequeños.
Es así que ya sabes los insectos se comen, son nutritivos, económicos y con una gran posibilidad de ingerirlos. Ya lo dice el dicho: ¡Todo lo que salta y vuela, a la cazuela!
