Ayer jueves, con el respaldo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), Morena sumó los votos necesarios en el Senado de la República para avalar la nueva reforma educativa que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre otras novedades esta nueva reforma hace obligatoria la educación superior y respeta la autonomía universitaria. Fija en los planes y programas de estudio que se incluya la enseñanza de matemáticas, lecto-escritura, literacidad y educación sexual y reproductiva.
El secretario de educación, Esteban Moctezuma, ha señalado que “los docentes son actores primordiales del proceso de enseñanza y de la transformación social del país, además de revalorar al magisterio y de respetar sus derechos laborales”.
Pero, al parecer los maestros no la aceptan, insisten en que esta nueva reforma tiene mucho de la del expresidente, Peña Nieto.
Wilbert Santiago, vocero de la Sección 22 de la CNTE en Oaxaca, dijo que para la CNTE no se ha logrado abrogar la reforma, puesto que permanece en el dictamen aprobado por la Cámara de Senadores lo que ellos consideran una “excepción laboral”.
¿A qué se refiere?
Tiene que ver con los procesos de ingreso, promoción y reconocimiento del magisterio. Los maestros, como lo plantea la reforma de Peña Nieto, no tendrán “manga ancha” con el tema de las nóminas y plazas.
Lo que se abroga
La ley general del servicio profesional docente y la ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación quedaron sin efecto.
Se suspende toda evaluación hasta que el Congreso expida la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros.