Mis problemas con el rojo comenzaron pronto, cuando era pequeña. Me regalaban lápices de colores y siempre aislaba el rojo, solo dejaba los colores pastel y los olía. No me cansaba de olerlos, para mí los colores tenían olor, ya adulta investigando, me entere que esto se llama sinestesia. Nunca quise saber a que olía el rojo, era un color que no me agradaba, por lo que prácticamente lo elimine de mi vida, pero siempre estuvo ahí, vigilándome, acechándome.
Posteriormente surgió en mi pintura coincidiendo con algunas etapas especialmente problemáticas, creo, de manera inconsciente. En una de ellas llegaron las muertas, conformadas por cuatro cuadros y el titulo es alusivo al libro de Jorge Ibargüengoitia y a las otras muertas, aquellas……. las del olvido.
El rojo para mí era un color violento por excelencia, asociado a la guerra, agresividad, peligro. Se dice que es un color muy intenso a nivel emocional, tanto así que se le asocia a Marte, el dios de la guerra, por eso a Marte se le llama el planeta rojo.
Para los que amamos la pintura sabemos que esta se transforma en sensaciones, colores, olores y esto de acuerdo a la paleta que emplea cada pintor, así expresan las percepciones que tienen de su espacio, tiempo, su yo interno.
Por eso las obras de los artistas nos llevan a niveles, a otros planos sensoriales, monet es sentir el viento, sus olores, querer fundirse, sumergirse en ellos, la hierba el cielo, pienso en Degas, su visión voyeurista, aunque resulte en sinónimo, el alma atormentada de Goya que refleja en sus dibujos oscuros donde cambia su paleta cromática y la reduce al negro, asomarse a los amores de Picasso, mujeres que sufren, ríen y viven en una relación de amor, odio con el pintor, el optimismo de Renoir, su amor a la vida, el misticismo de Botticelli, lo cachondo de Rubens, lo perfeccionista de Rafael, el suicidio de Dorothy Hale de Frida Khalo que nos deja sin palabras, en fin siempre he sentido al ver las obras de los artistas que siempre te robas algo de ellos es como si se desnudaran frente a ti, por eso hay personas muy perceptivas que al ver alguna obra tuya, te hacen preguntas tan directas que me siento ante un detector de mentiras.
Desde hace algunos meses surgió en mi pintura un rasgo ya olvidado. Pensé, ha estado trabajando mi subconsciente, ya que mi paleta se tiño de rojo, no un solo rojo, varios tonos han ido surgiendo sin que pueda detenerlos. Esto me llevo a cuestionarme seriamente ¿que pasaba?, y al despertar un día y ver una realidad oculta, quería que fuera un mal sueño, pero es como las pesadillas, un monstruo en la oscuridad que termina atrapándote. Me atrapo me sedujo, me golpeo, me desgarro y no hubo vuelta atrás, todo cambio y vi la violencia, mi país, los muertos.
Aunque me bombardean los medios aleccionándome, adoctrinándome acerca de que los muertos eran sicarios, miembros del crimen organizado y demás slogans, no dejo de pensar que suman 26000 muertos, yo no sé si buenos o malos, pero según las estadísticas jóvenes en su mayoría, tal vez no tuvieron oportunidades. No soy socióloga ni politóloga para adivinar sus motivos, pero si para sentir la impotencia y por lo tanto, lo único que sé, es expresarme a través de la pintura, fue asi como me inundò el rojo, me absorbió, me devoro, me fundí en el.