¿Por qué subieron las tarifas aéreas en México hasta en 200%?

El cierre de operaciones de Mexicana de Aviación –del cual están a punto de cumplirse dos años– ha impactado en materias económica y laboral, ya que las tarifas de las rutas domésticas se han encarecido 60 por ciento, y las internacionales entre 70 y 200 por ciento, mientras 8 mil trabajadores directos quedaron sin sus puestos, siete compañías extranjeras acapararon el mercado que dejó la aerolínea y se perdió soberanía, de acuerdo con un balance que hacen los sindicatos de pilotos y sobrecargos.

En esos 24 meses no se ha logrado concretar ninguna de las inversiones ampliamente prometidas y publicitadas por varios grupos empresariales, por lo que el destino de Mexicana sigue siendo incierto, así como el de los trabajadores, que siguen esperando un milagro para recuperar su fuente de empleo. Se suman a ese panorama las salidas del conciliador, Gerardo Badín, y del juez del concurso mercantil, Felipe Consuelo, y la amenaza de que se declare la quiebra de la aerolínea.

Desde el 27 de agosto de 2010, cuando los entonces titulares de las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT), Juan Molinar Horcasitas, y del Trabajo, Javier Lozano, anunciaron que en el primer minuto del siguiente día Mexicana no haría más despegues ni aterrizajes, los sindicatos afectados tomaron la iniciativa de buscar inversionistas para financiar el rescate.

Los gremios de pilotos, sobrecargos y trabajadores de tierra acordaron, con tal de que se concretara el rescate, poner en la mesa de negociaciones su contrato colectivo y sus liquidaciones.

Realizaron movilizaciones –incluso fueron reprimidos–, operaron para alejar la sombra de la quiebra y denunciaron la conformación de un cártel de aerolíneas y funcionarios de la SCT, “cuyo fin único es evitar que Mexicana retome el vuelo, ya que tenían repartido el pastel de rutas y slots de la empresa”, según han señalado reiteradamente estos gremios.

El costo de que la aerolínea saliera del aire no ha sido sólo para los empleados. Lo han pagado el país y los usuarios, ya que se dejó de realizar el equivalente a 30 por ciento de las operaciones domésticas, con el respectivo impacto en aeropuertos y economías locales.

Además se registró un déficit en la oferta de asientos en rutas internacionales de 35 por ciento, lo cual causó que 86 por ciento del mercado foráneo fuera atendido por aerolíneas extranjeras, según un amplio informe de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA).

Fuente: La Jornada