Tijera invertida: una variante de la posición “tijeras”, el hombre tendrá que estar acostado con las rodillas levantadas, mientras la mujer pasa una pierna para que quede sobre su cadera y la otra a un costado de las piernas de su pareja. En ese momento ella sabrá cuál es ese lugar perfecto donde se siente cómoda para empezar a empujar su hueso púbico contra .
Mariposa: ella se coloca en la orilla de la cama acostada, dejando tus piernas colgando, él penetra mientras ella estiras las piernas y las pones sobre sus hombros, al mismo tiempo en que sube un poco la cadera y empuja ligeramente.
Esta pose te va a dar un gran ángulo para recibir estimulación del cuello uterino con una penetración profunda, permitirá tener orgasmos tanto vaginales como uterinos.
El mostrador: La mujer se debe recostar sobre una mesa o escritorio, mientras él entra de pie a penetrar, lo importante de esto es la sensación de urgencia, la sensación de peligro y de control, estar en un espacio abierto. Lo importante aquí no es “la maniobra”, sino en el contexto.
Básico misionero: Cuando él haya penetrado perfectamente, ella debe colocar sus piernas juntas por debajo de las de él, mientras él se inclina haca adelante y empieza a empujar. Esto produce una presión firme y fricción en el clítoris, con lo que se puede llegar a un orgasmo muy potente.
El Jinete: Ella está encima, dándole la espalda. Será ella quien controle el nivel de penetración, pero hay un truco para que él también disfrute; sólo tiene que hacer un anillo con el dedo pulgar e índice que pondrá sobre la base del pene, jalando la piel para que se expongan las terminaciones nerviosas y aumente la sensibilidad del pene.
Clítoris en V: El debe formar una “V” con su dedo índice y medio y colocarlos sobre los labios, recostando la mano sobre el monte de Venus y jalar, el clítoris quedará al descubierto y es entonces que se pueden hacer muchas cosas, sólo necesitas creatividad.
Toque genital: El apoya la punta de su pene en el clítoris, sosteniéndolo en la base con la mano y agitándolo de un lado a otro para golpear ese pedazo de piel.
Abrazo de árbol: Ambos de pie, ella rodea con las piernas colgándose de el cuello de su pareja mientras él se la sostiene y se mueve para penetrar.
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