Un estudio muestra cómo la corteza visual del cerebro contribuye a que podamos prever acontecimientos que ocurrirán en el futuro inmediato.
Esta región del cerebro recibe y procesa la información que captamos a través de los ojos, el estudio concluye que podría también jugar un papel clave en la habilidad para anticipar acontecimientos.
Investigadores del Instituto Donders para la Investigación del Cerebro, la Cognición y el Comportamiento de la Universidad Radboud, en los Países Bajos, aseguran que esta capacidad es la que, por ejemplo, nos permite predecir la trayectoria que seguirá un coche que se aproxima mientras esperamos en la acera, lo que nos lleva a decidir si cruzamos o no al otro lado de la calle.
De tal modo que la corteza cerebral intervendría tanto en nuestra capacidad para percibir el vehículo como en la de prever por dónde circularía en el futuro inmediato.
Estos neurocientíficos, coordinados por Matthias Ekman, describen un experimento con el que trataron de dilucidar por qué ocurre esto. Así, mostraron a un grupo de voluntarios un punto blanco que se movía rápidamente de una esquina a otra de una pantalla.
Al mismo tiempo, estudiaron su actividad neuronal y el flujo sanguíneo en varias áreas del cerebro mediante resonancia magnética funcional. Tras haberles enseñado varias veces la secuencia completa, Ekman y sus colaboradores decidieron que solo apareciera en la pantalla uno de los puntos.
El estudio pudo comprobar que el patrón cerebral que se formaba en la corteza visual no se ceñía a la aparición de uno solo, sino al de todo el recorrido que este haría hipotéticamente por la pantalla.
De tal forma que sus cerebros podían anticipar con precisión los movimientos.
“Nuestros resultados prueban que nos formamos expectativas sobre lo que va a ocurrir, y que esta región del cerebro contribuye a completar un secuencia a partir de un aporte parcial”, señala Ekman.