Prepara a tus hijos para la vida real

Tal vez te asombre la cantidad de trofeos y reconocimientos que tienen tus hijos. No te engañes. La vida actual exige premiar hasta los vigésimos lugares, ya que nunca es bueno decirle a un niño que perdió. No, tu hijo no es un perdedor es un individuo normal, por ello debe aprender a lidiar con el rechazo, con sus futuros jefes, con todo eso. Aquí una reflexión sobre este fenómeno y algunos tips.

El verano es un buen momento para entrenar las habilidades del niño en cuanto a el manejo de estrés y aprender a luchar por los objetivos deseados.

Dado que la vida real, la que tú como padre conoces, implica mucho esfuerzo por conseguir los objetivos deseados, es necesario que vayas acostumbrando a tu hijo a este tipo de experiencia. Uno de los factores más importantes es enseñarles a tomar riesgos. A pesar de que esto les genere estrés, es importante que aprendan a dominarlo. Sucede igual en la primera infancia del pequeño: cuando aprende a caminar tiene que manejar la tensión de que posiblemente pueda caer. Pero no por ello gateará toda su vida.

Lo primero que deberías hacer es alentarlos a probar alternativas nuevas. Por ejemplo, si tu hijo es un súper futbolista, tal vez podrías animarlo a iniciar clases de piano, o bien, a pasar tiempo con sus vecinos, sembrando maíz, o preparando tortillas. También es importante enfocarse en las experiencias, no en los objetos. No les rentes esa película de ciencia ficción que tanto desean ver: ¡págales una, deja que ellos la produzcan! No es tan caro.

Otro buen truco es estimular su curiosidad. Por ejemplo, si a tu hijo le gusta jugar fútbol, que no se quede únicamente pateando el balón durante horas. Hazle preguntas que le generen algunas dudas: ¿cuándo surgió el deporte? ¿Por qué se empezó a jugar? ¿Cuánto pesa el balón? ¿Cuánto cuesta el mundial? ¿Qué implicaciones sociopolíticas existen detrás del futbol? ¿Cuántos años tiene “el Chicharito”?

Es importante que tu hijo conozca sus habilidades para cualquier actividad, por eso no debes evitar decirle si es malo para algo. No obstante, debes contarle también de alguna de tus malas habilidades. Por ejemplo, si resulta ser un pésimo bailarín, aunque haya pasado meses sudando frente a la barra, tienes que decírselo. No temas. No lo vas a lastimar. En el momento en que veas que baja la mirada, cuéntale de cómo una vez intentaste cocinar algo rico y se te pasó exageradamente la sal.

Tienes que fomentar el espíritu competitivo de tu hijo, pues es algo que tendrá que utilizar en el mundo real. Sin embargo, el objetivo no será llevar trofeos a casa, sino encausar dicho espíritu en obras benéficas. Existe una carrera que se llama Race of the Cure, cuyo objetivo es recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama. Puedes investigar de algún evento así en tu entidad.

Así que ya lo sabes: tu hijo tiene que enterarse, por doloroso que sea, de qué hace mal y qué hace bien. Así, cuando tenga un problema laboral, siendo ya un adulto, no será tan sorprendente.

Fuente: CNNMéxico

Foto: Laradiodelosclásicos