Once presos de la prisión de Westchester en Valhalla, una cárcel en las afueras de Nueva York, demandan a las autoridades del centro penitenciario porque no fueron provistos de hilo dental.
Piden una compensación de US$500 millones y el permiso para utilizar las hebras enceradas en cuestión, para cuidar de sus encías. Declaran que padecen de caries y dolores.
La demanda fue presentada en el juzgado civil en Manhattan, registrada el 10 de septiembre, el documento señala que en otras cárceles sí autorizan el uso de hilo dental por parte de los presos.
Las autoridades de la cárcel de Westchester temen que los reclusos le den usos alternativos al hilo.
En 1994, Robert Dale Shepard fabricó una cuerda de 5 metros y medio con hilo dental almacenado por él y sus compañeros, y escapó de una cárcel en West Virginia. Y -de acuerdo a los partes de los guardias de una prisión en Turín, Italia-, el capo mafioso Vincenzo Curcio, quien fugó en 2000, se las apañó para ablandar y cortar rejas con hilo dental.
Los presos de la penitenciaría de Westchester dijeron a la prensa local que las autoridades de la cárcel reconocen en su manual de regulaciones internas la importancia del uso del hilo dental.
Funcionarios de la penitenciaría, que se negaron a comentar sobre la demanda, apuntaron que no existen normativas estatales que obliguen a las cárceles de Nueva York a facilitar hilo dental.