La dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y las bancadas tricolor en el Congreso exigieron al presidente Felipe Calderón probar su dicho o retractarse de la afirmación de que los gobiernos priístas han pactado con la delincuencia así como ofrecer una disculpa pública, al advertir que presentarán demanda en su contra por la campaña sucia que ha emprendido contra el partido en plena contienda electoral.
La dirigencia se refirió así al señalamiento que hizo Calderón al diario The New York Times, respecto a que en el PRI “hay muchos que piensan que los pactos del pasado podrían funcionar ahora, no sé cuáles, pero es la mentalidad que ellos tienen. Si esa opinión prevalece me preocuparía”.
En un comunicado, la dirigencia nacional priísta calificó de “infundadas y engañosas” las declaraciones presidenciales por considerar que “atentan contra el principio de imparcialidad al que como servidor público lo obliga la Constitución General de la República, y constituyen una intromisión en el proceso electoral federal que inició el pasado 7 de octubre, frente a lo cual en breve el PRI procederá ante las instancias legales correspondientes”.
“Cabe recordar que, lamentablemente, en el pasado el Presidente de la República ya ha violado la Constitución en materia electoral, según lo determinó el Tribunal Electoral de la Federación”, agregó el documento.
El PRI refrendó el compromiso del partido y sus gobiernos con el combate frontal y eficaz en contra del crimen organizado, al indicar que lamentan que en el ocaso de su administración el Presidente aventure señalamientos genéricos tratando de estigmatizar al partido, sin más sustento que sus dichos, sobre todo cuando el propio Ejecutivo presume la cooperación con gobiernos estatales para mejorar la seguridad y, en el extranjero, tiene otro discurso que se percibe como “un ataque preelectoral”.
En ese sentido, el CEN priísta hizo un llamado institucional a Felipe Calderón para asumirse como lo que es: el Presidente constitucional de todos, y no sólo de sus correligionarios.
En entrevista, la secretaria general del partido, Cristina Díaz, indicó que con las declaraciones de Calderón se demuestra que en las próximas elecciones habrá proselitismo negro y campañas de lodo contra el tricolor, por lo que llamó al mandatario a mantener un clima de imparcialidad en tiempos electorales.
En tanto que el líder de la CNOP, Emilio Gamboa, alertó que el gobierno federal y el PAN han emprendido una guerra sucia contra el PRI. Desde Tamaulipas, Gamboa llamó a trabajar para fortalecer al partido y la unidad “y a estar muy atentos para no caer en las provocaciones que ya se están viendo”.
A su vez, la bancada del PRI en el Senado exigió al jefe del Ejecutivo probar su dicho o retractarse y ofrecer disculpas públicas, al advertir el vocero Carlos Jiménez Macías que se puede acudir a instancias oficiales a denunciarlo por emprender una campaña negra contra el tricolor en plena contienda electoral.
El legislador sostuvo que la expresión del Presidente es una mentira, además de irresponsable y temeraria, “sobre todo electorera; está violando la ley porque está atacando a un partido político y seguro lo hace por el pavor que tienen de perder las elecciones, pero es una irresponsabilidad y está obligado a probarla o retractarse. Nosotros lo vamos a exigir, porque está asumiendo un rol electoral en un proceso que ya está muy cercano”, dijo.
En tanto, la fracción del PRI en la Cámara de Diputados también retó al presidente Calderón a exhibir las pruebas de que algún gobierno de extracción priista pactó en el pasado con la delincuencia organizada y subrayó que ni una sola voz del tricolor ha pedido al Ejecutivo federal ir por esa vía.
En entrevista con CNN, la diputada Beatriz Paredes rechazó categóricamente las acusaciones, al aseverar que a lo largo de su carrera política nunca ha escuchado de arreglos con el narcotráfico cuando gobernaba el PRI y dijo que si hay casos excepcionales, no se puede generalizar.
Consideró que las expresiones del Presidente obedecen más a una estrategia incomprensible de pretender desprestigiar a un partido que va en ascenso en la etapa preelectoral, “y creo que si el Jefe del Estado mexicano tiene pruebas de esas afirmaciones tendría que actuar jurídicamente, en México, con su responsabilidad y no hacer política preelectoral fuera del país. No le hace bien ni a la estrategia de seguridad ni a un diálogo serio sobre el tema, ni a su capacidad de interlocución con quienes pertenecen a fuerzas políticas distintas a las que él milita”.
El vicecoordinador del PRI en San Lázaro, Carlos Flores Rico, calificó los señalamientos presidenciales de “ocurrencias dogmáticas, temeridades, militarismo electorero, efectismo superficial y justificaciones para disimular el rotundo fracaso de su gobierno”.
Fuente: Milenio