El presidente electo, Enrique Peña Nieto, se pronunció por una reforma fiscal progresiva, misma que amplíe la base de contribuyentes. Aunado a una mayor transparencia en el manejo de los recursos por parte del gobierno.
Adelantó, en términos generales, una nueva iniciativa que incluye la ampliación de la base gravable, así como una mayor intervención de distintos niveles de autoridades de gobierno que intervendrán en la recaudación de impuestos.
La propuesta coincidió con lo planteado por la OCDE en algunos de los documentos que se entregaron al mandatario entrante, donde se expone la necesidad de simplificar el pago de los impuestos y evitar la evasión y los regímenes especiales.
“La reforma fiscal no es un fin en sí mismo, sino la base para proveer de mejores servicios públicos y alcanzar los retos que enfrenta la economía mexicana y la sociedad”, señala el documento.
Frente a integrantes de la OCDE, después de presentar sus ejes de gobierno una vez que asuma la presidencia de la República, Enrique Peña dijo que se requiere de una nueva modalidad en materia fiscal para desencadenar y soportar el resto de las reformas que pretenden hacerse para impulsar el desarrollo.
En una conferencia de prensa que tuvo una duración de dos preguntas, adelantó que será con “política, mucha política y más política” como se buscará llegar a acuerdos que logren aprobar las reformas que propone.
