¿Qué es lo que falla en los programas de rehabilitación como el de Corey Monteith?

Según los expertos, cuando uno pasa tres meses sin una gota de alcohol ni un gramo de droga, los niveles de tolerancia en el cuerpo disminuyen, sobre todo si se trata de heroína.

Esto hace que, si la persona reincide, corra el riesgo de una sobredosis, pues lo normal es que consuma la misma cantidad a la que estaba acostumbrada.

La recaída puede ocurrir justo después de salir de un tratamiento o tras años de abstinencia. No obstante, son en esas primeras semanas que el drogadicto encarna una lucha contra titanes.

Un período nada fácil en que el adicto tiene que volver a integrarse en la sociedad y se siente más vulnerable porque ha salido de la burbuja que lo protegía. También es el reencuentro con viejos amigos y hábitos. Las técnicas que se usan en los centros para salir de una adicción son múltiples, aunque la mayoría tiene un común denominador: la abstinencia.

La otra opción es la que adoptan los programas de salud de muchos países: utilizar metadona o suboxone como alternativa a las drogas ilícitas. Un drogadicto puede pasar décadas medicado con metadona. Hay puntos a favor y en contra de ambas tendencias. Quienes abogan por la abstinencia total dicen que la metadona lo que hace es empeorar la adicción del paciente.

Mientras que los que defienden un tratamiento medicado advierten sobre los peligros de muerte tras salir de un centro de rehabilitación sin metadona.

Otra crítica a los centros de rehabilitación es que además de no hacer uso de los fármacos disponibles para contrarrestar la adicción, algunos no están acompañados de terapias familiares que ayuden a construir un ambiente social que refuerce la sobriedad y desaliente la droga.

La eficacia de los centros de rehabilitación es relativa. “Según las cifras que manejamos, del 70% que termina el programa, el 45% se mantiene completamente abstemio tras dos años después de reinsertarse en la sociedad”, señala Somers.

 

Fuente: BBC Mundo