Existen posibilidades que el próximo miércoles que el FED estadounidense se prepara para aumentar la tasa de interés de referencia, después de ocho años de haberla mantenido muy cerca de cero.
Actualmente México tiene un crecimiento económico relativamente bajo y una inflación anual en mínimos históricos. En normalidad de condiciones, esta combinación aconsejaría al Banco de México a sostener sin cambios la tasa de interés de referencia o, en el mejor de los casos, a reducirla, con el objeto de favorecer la recuperación de la economía, en vista de que es bajo el peligro inflacionario.
Por esos motivos se espera que en caso de que el FED estadounidense suba su tasa de referencia, en México no se de un incremento. Sin embargo, hay dos posibilidades:
Algunos analistas descuentan plenamente un aumento de las tasas internas de interés, en línea con las estadounidenses.
La idea de que el banco central mexicano no va a mover la tasa de interés de referencia después de que lo haga el FED estadunidense, tiene que ver con la creencia de que éste tiene plena autonomía para mover sus tasas sin tener en cuenta lo que esté sucediendo en el exterior.
Otro posible escenario es que cuando una economía está abierta al exterior y se da una plena movilidad de capitales, el aumento de las tasas de interés que llevará a cabo el FED atraerá capitales hacia Estados Unidos porque la inversión en ese país empezará a tornarse más atractiva.
Por su parte, en el resto del mundo y en México los inversionistas venderán parte de sus posiciones en el mercado de dinero y en el mercado accionario para luego comprar dólares que enviarán a Estados Unidos para invertirse en los activos de su preferencia. Como es de esperar, estas operaciones provocarán caídas en las bolsas de valores, aumentos de las tasas de interés y la depreciación del tipo de cambio. Como podrá suponerse, este proceso llevará tiempo y el riesgo es que pueda generar alguna inestabilidad financiera interna. Para evitar que esto suceda, el Banco De México tendría que aumentar rápidamente la tasa de interés de referencia para tratar de acortar la duración de este proceso y fomentar un ajuste ordenado de los mercados financieros.
Si bajo estas circunstancias el banco central no aumentara las tasas de interés estaría incentivando la fuga de capitales, toda vez que estaría financiando a bajas tasas de interés la salida de recursos, tal como sucedió en 1994. Se hará atractivo endeudarse a tasas bajas en México para invertir en activos con mejores rendimientos en EU.