¿Qué pasaría sin la reforma energética?

De continuar las tendencias, sin una reforma energética, México podría convertirse en un importador neto en el año 2016.

Y es que la producción de crudo se encuentra en declive y  el déficit en materia de gas es tan grave que incluso se ha tenido que recurrir a las “alertas críticas” para racionar el uso del gas en el centro y norte del País.

Esas decisiones han afectado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que se ha visto obligada a utilizar combustóleo en sus plantas, con el consecuente impacto ecológico.

En cuestión de gasolina, mientras en 1997 México sólo importaba el 25 por ciento del combustible, para 2012, la cifra alcanzó el 49 por ciento del total.

A ese problema se suman los que enfrenta la red de ductos y sus cuellos de botella. Las mil 620 tomas clandestinas han dejado pérdidas por 4.4 millones de barriles en 2012, sólo para Pemex Refinación.

En cuestión de energía eléctrica, las pérdidas por robo alcanzan el 50 por ciento.