Fans de todo el mundo que han visto la nueva serie Dragon Ball Super están furiosos por la baja calidad de las animaciones.
La polémica ha creado tal descontento que ya se ha abierto hasta una petición de firmas para presionar a Toei Animation, la compañía productora, a que actúe.
Haben die es echt geschafft, #DragonBallSuper zu versauen?!
Bitte lass das nicht wahr sein! pic.twitter.com/BqdcWLGwzA
— Patrick A. (@AwesomeParendt) August 11, 2015
Sin embargo, parece que el problema va más allá de un mal dibujo: esto podría ser la punta del iceberg de que la industria del anime japonés está en crisis.
Thomas Romain, uno de los pocos extranjeros en la animación japonesa, ha dicho que los animadores son freelance, con salarios bajos y empresas pequeñas.
A través de su Twitter, Romain argumenta que los dibujantes necesitan ver mejoradas sus condiciones de trabajo para que situaciones así no vuelvan a repetirse.
Fuente: El País