¿Qué va a pasar después de la encuesta del PRD?

El domingo se decide, a través de una encuesta nacional, quién será el candidato de los partidos de izquierda para las elecciones presidenciales de 2012.

Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard eligieron, cada uno, una casa encuestadora para que pregunte a los mexicanos a quién prefieren como candidato.

Aunque ambos han dicho que respetarán el resultado que arroje la encuesta, la opinión general no es tan optimista.

“¿A dónde se iría el hombre que lleva cinco años esperando el 2012?” se pregunta Ciro Gómez Leyva en su columna diaria en Milenio. “¿Mandaría al diablo las elecciones del 2012 para irse a fortalecer a su movimiento Morena con nuevos recorridos por el país? Demasiado trabajo, muy duro. Dudo que vuelva a emprender esa travesía al margen de las instituciones.

¿Se borraría ocho meses y regresaría en julio a recoger los restos de una izquierda vencida por el peñanietismo? ¿Volvería para apoderarse de los partidos y los recursos y convertirse en la oposición de pesadilla de la restauración priista? Complicado, también, pues si Ebrard alcanzara entre 25 y 30 por ciento de los votos (probabilidad alta), el PRD tendría muchas posiciones y dinero como para hacerse a un lado.

Y como no lo veo en el Senado, ni dando clases en Tabasco ni rompiendo vidrios, creo que el destino de López Obrador está en las boletas presidenciales del próximo año”.

Rubén Avilés, en La Crónica, publica hoy:  “… pero aunque los capitalinos le conceden ventaja a Marcelo porque lo ven todos los días (si Salinas y Madrazo corrían, Ebrard viaja en bicicleta y para no ser menos que Peña Nieto y poder retarlo, la obsesión de todos los candidatos, se casó con una belleza, su Gaviota), pero la realidad es otra y es López Obrador quien puntea en las encuestas. Su trabajo tenaz de visitar municipio por municipio lo fortaleció. No llegará a la Presidencia de la República, pero será el candidato de “las izquierdas”, a menos que parte del PRD, encabezada por los Chuchos, decida gritar fraude y empeñarse en Marcelo.

Raúl Cremoux, también de La Crónica, no es más optimista: “En la llamada izquierda, que se da el lujo de no saber tomar medidas medianamente democráticas para erigir a su directiva o a sus consejeros, finalmente llegaron a un acuerdo para decidir quién será su candidato presidencial (…)  Lo harán mediante dos encuestas que esperan sean coincidentes, porque si no lo fueran, una vez más volverían a mostrar los rangos de rijosidad, insultos y desapego por la armonía que, generosamente, han mostrado en los últimos lustros“.

Algo parecido dijo Joaquín López Dóriga en su columna de ayer: “Pero ante la posibilidad aritmética, y políticamente real, de que cada una de las encuestadoras dé un nombre diferente, ¿qué sucedería? Porque no veo a ninguno renunciando a su triunfo estadístico y concediendo al otro; al menos no veo a López Obrador, quien hará valer su ventaja en PT y Convergencia, para imponerse a Ebrard, en el caso de que éste apareciera como ganador en su encuesta”.

Lo más importante es, a fin de cuentas, lo que opinen los ciudadanos. ¿Qué opinas tú, querido lector?