Quickysexypedia Sexy toy machín (Con el veneno en la cola)

Eva descubrió el verdadero placer donde menos se lo esperaba. Mientras el Escorpión no le clavara el aguijón, su relación podría prosperar.

Eva entró a la tienda de juguetes sexuales por curiosidad y aburrimiento. Curioseó por los aparadores y revisó los productos colgados en la pared, mojigata no era pero en realidad nunca le habían interesado el negocio del erotismo plástico. Desde que no tenía pareja había sobrevivido a mano limpia los días de calentura.

La dependienta se acercó a ella y le presentó algunos productos como geles, disfraces de sirvientita ardiente, conejita y lencería sexy pero ella no se mostró interesada. Al llegar al fondo de la tienda la dependienta usando sus mejores armas sacó de una caja lo recién llegado. 3 velocidades, inalámbrico, triple acción que incluía estimulación vibratoria en el clítoris, además de que en la parte que se introduce en la vagina tenía una curvatura estimulante del punto G y estaba lleno de pequeñas perlas que rotaban en circulitos y, lo mejor… un vibrador anal, todo esto envuelto en suave silicón de colores tornasolados que emitía un ronroneante y discreto ruido y ¡brillaba!: El ESCORPIÓN, una joya de la tecnológica que tan sólo costaba 1 200 pesos.

El nombre no le iba nada mal a aquel invento de la tecnología sexual, pues al igual que el verdadero escorpión, este juguete traía el veneno en la cola.

Eva se quedó con la boca abierta ante tal maravilla y no pudo evitar empezar a salivar. Rápidamente hizo cuentas y pensó que invitar a cenar a alguien por 4 veces le costaría lo mismo y que ésta era una buena inversión.

Ya en su casa y con las manos temblorosas destapó dicha preciosidad y se dispuso a darse las tres con la tecnología. Después de 1 hora y alrededor de 10 orgasmos. Eva feliz, conmovida y con los ojos llorosos, supo que era la mejor inversión que había hecho en su vida y decidió que no necesitaba más de nada.

Las sensaciones que le traían el amoroso aparato iban del más sublime sentimiento de tranquilidad al saborear el sutil romance del movimiento sensual interno, con ligeros toques de intensidad en el clítoris, provocando la idea de que no importaba nada más en el mundo. Todos los hombres hermosos pasaban ante sus ojos como en una presentación de Power Point cuando el vibrador en forma de colita de escorpión tocaba la región erótica más lejana a su mano, llevándola a un tormento de “dicha esquiva” que explotaba en una fiesta de fuegos pirotécnicos, con los ojos volteados la hacían gritar ¡ohhhhhhh Escorpiooooooón! para luego desear la paz mundial… y así una y otra vez.

Eva idolatraba al Escorpión nunca había sentido eso por nada, ni nadie, en el mundo, sentía hasta ganas de prepararle su desayuno y dormir abrazada con él. Si el Escorpión tuviera oídos sería su pareja ideal, no necesitaba más. La felicidad había tocado a su puerta y era la mujer más bien servida del planeta, por lo menos de su edificio. Fue lo que notó porque su cara de tranquilidad y de estado cachondo-zen no se igualaba con la cara reseca y alargada de sus vecinas que la veían pensando qué le pasa a esta gran idiota. Definitivamente, Eva difundiría su mensaje de paz mundial, es más le compraría un Escorpión a cada mujer en el mundo… Continuará

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