¿Quién dice que no se puede? 8 pasos para fortalecer la fuerza de voluntad

Roy Baumeister, psicólogo de la Universidad de Florida y coautor de Fuerza de voluntad define: “La fuerza de voluntad es la capacidad de resistir las tentaciones a corto plazo para cumplir con las metas en el largo”.

Sin embargo, cuesta mucho trabajo dejar hábitos y costumbres. Te presentamos 8 estrategias para fortalecer tu fuerza de voluntad:

1. Evitar la tentación

La distracción es una buena estrategia, como han demostrado investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. Si canturreamos o pensamos conscientemente en otra cosa cuando algo nos tienta, nos costará menos controlarnos.

2. Un cambio radical

Nuestra vida no es más que un conjunto de hábitos. Cómo y cuándo dormimos, cómo trabajamos, lo que comemos, hasta la forma en la que hacemos el amor constituye una costumbre.

De hecho, un estudio publicado por la Universidad Duke en 2006 revelaba que más del 40% de las acciones que realizan las personas cada día son hábitos.

3. Establecer la motivación para hacer el cambio y fijar una meta clara, estudiar el comportamiento que nos llevará a la meta y ejercer la fuerza de voluntad.

4. Está demostrado que tener más autodisciplina da mejores resultados académicos.  La mente tiene dos sistemas: uno es frío, lento y deliberado, y permite el autocontrol, el establecimiento de objetivos y la fuerza de voluntad.

El otro es el apasionado, emocional e instintivo, y se caracteriza por respuestas rápidas y automáticas a ciertos detonantes, sin tener en cuenta las implicaciones a largo plazo.

La sensibilidad de un individuo a los llamados estímulos calientes parece persistir durante toda la vida.

5. Aunque es difícil definir con precisión lo que hace que una persona sea más impulsiva o recatada mirando a su cerebro, se producen cambios con la edad que dan algunas pistas.

Los lóbulos frontales son las últimas partes del cerebro en madurar, y siguen creciendo y cambiando a los veinte años. Esto podría explicar por qué los adolescentes tienden a ser menos disciplinados y más propensos a la búsqueda de emociones fuertes que otros, y por qué los ancianos también tienen la fama de ser más desinhibidos.

6. Los estudios de neuroimagen muestran que, a medida que envejecemos, la red de control de los impulsos recluta más áreas del cerebro para la tarea, lo que sugiere que se vuelve menos eficiente.

7. Hay diferencias relacionadas con el sexo. Los hombres, en general, parecen ser menos capaces de controlar sus impulsos que las mujeres, con diferencias evidentes desde los cuatro años. Esto podría deberse a la influencia social y cultural, que podría hacer a las chicas jóvenes más obedientes y  deseosas de agradar que los chicos.

8. Algunos investigadores creen que ejercitar la fuerza de voluntad no solo tiene una base neurológica sino también física.

Suzanne Segerstrom, psicóloga de la Universidad de Kentucky, en Lexington, ha demostrado que también sufrimos pequeños cambios físicos cuando nos controlamos.

En su experimento, monitorizó el ritmo cardíaco de los participantes y descubrió que los más resistentes a la tentación tuvieron un incremento temporal del ritmo cardíaco, seguido de una bajada inmediata.

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