¿Quién habla de ‘privatizar’ PEMEX?

El Gobierno Federal planteó desde su inicio, una estrategia, que no implicará la privatización del petróleo ni de Pemex, es decir, tanto el petróleo como la empresa se mantendrán como 100% nacionales, propiedad de todos los mexicanos.

Pero permitirá obtener más beneficios, pues las empresas interesadas en invertir en el desarrollo tecnológico y perforación en aguas profundas pagarán impuestos a México y no se basará en el modelo mundial de concesiones sino en la asociación contractual con empresas líderes y expertas en perforación para extraer la riqueza petrolera encontrada en aguas del Golfo de México, adicionalmente existirán otros elementos que se pretenden incluir en la Reforma Energética para el fortalecimiento de PEMEX como empresa, como su desvinculación de la Secretaría de Hacienda y también de la aplicación de un nuevo modelo de captación fiscal.

Este planteamiento global que tiene como objetivo primordial el que México obtenga muchos más beneficios económicos de su riqueza petrolera, de los que actualmente recibe, se planteó así desde la firma del Pacto por México.

Dentro de los acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad del “Pacto por México” donde se define que el mejor instrumento para terminar con la pobreza es el empleo, se consideró como parte fundamental realizar una “Reforma Energética” que sea el gran motor de inversión y desarrollo para el sector:

“Se impulsará una reforma energética que convierta a ese sector en uno de los más poderosos motores del crecimiento económico a través de la atracción de inversión, el desarrollo tecnológico y la formación de cadenas de valor”.

Partiendo de que los hidrocarburos y PEMEX seguirán siendo propiedad de la Nación (Compromiso 54) se realizarán las reformas necesarias para transformar a PEMEX en una empresa de carácter productivo con la capacidad de competir en la industria hasta convertirse en una empresa de clase mundial (Compromiso 55).

Para lograr esto, es necesario ampliar la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos mediante una reforma energética para maximizar la renta petrolera para el Estado (Compromiso 56) y abrir la competencia en los procesos económicos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos, sin privatizar, bajo ninguna circunstancia, las instalaciones de PEMEX (Compromiso 57).

La Reforma Energética, que se espera sea discutida en el segundo periodo de sesiones, deberá tener varias caras, que van desde el fortalecimiento de PEMEX a través de modificaciones a sus leyes secundarias y reducirle la carga fiscal, hasta crear en México una industria petrolera abierta como ocurre en otras partes del mundo, pero al mismo tiempo tenemos que tener claro que ya tiene muchas banderas y matices, a favor y en contra.

Definitivamente, todos sabíamos que el tema más álgido del sexenio, iba a ser el energético, y a pesar de que en ninguna línea del planteamiento original en el pacto se habla de privatizar, los falsos nacionalismos de los sectores radicales siguen presentes,lo que ha llevado a la polarización de la discusión de la reforma, incluso del PRD, partido firmante del documento original y que de ninguna manera puede llamarse “sorprendido”.

Creo que es fundamental sentarse a la mesa y de manera metódica iniciar con una definición clara y sustancial del término “Privatizar” antes de iniciar la discusión, el PRD tiene mucho que aportar y debe ser escuchado, sin embargo, ellos tienen que tener muy claro que los números para esta reforma, no les favorecen.

El petróleo es de México y de todos los mexicanos, cierto, y por eso mismo es preciso reflexionar y actuar de inmediato, poner a PEMEX a generar riqueza y no a cubrir los déficits presupuestarios, con mecanismos de transparencia y de combate a la corrupción, suficientemente eficientes y fuertes para evitar que las ganancias que se puedan obtener a futuro con la Reforma Energética se evaporen, y pensando justamente en el futuro de todos los que somos sus accionistas, los mexicanos, quienes como dueños, queremos dividendos, no reportes de pérdidas millonarias ni escándalos de sus líderes sindicales.

La Reforma Energética ya no es una cuestión política ni de falsos nacionalismos, ya es cuestión de detonantes, de desarrollo y de plataforma para llevar a México a donde se merece.

Para muchos, la Reforma Energética siempre significará que PEMEX se privatizará, aunque sea totalmente falso!

Busquemos una Reforma Energética emanada de todas las fuerzas políticas razonables, siempre será mejor así, ya que no abona al encono social.

Datos duros:

Durante el Foro de Apertura en el Debate sobre el Futuro Energético en México, que organizó el Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. surgieron declaraciones interesantes:

Luis Téllez, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), advirtió que México se perderá de una oportunidad real de industrialización de no realizar una reforma energética a fondo:

“Si no tenemos un sistema energético que provea energía competitiva como en Estados Unidos, tendremos un problema en toda la economía por mantener un monopolio que en su momento fue una acción correcta, pero que hoy nos pone en riesgo de perder la oportunidad de volvernos un país con mayor nivel industrial y una sociedad con una mayor generación de riqueza”.

Por su parte, Francisco Gil Díaz, presidente de Telefónica para México y Centroamérica, y ex secretario de Hacienda, manifestó que la liberación de PEMEX para que opere como una empresa eficiente depende forzosamente de la implementación de una Reforma Fiscal, donde PEMEX debe tener libertad de decisión como la tiene Petrobras, para que pueda transformarse y no podrá hacerlo si no se le libera de la carga fiscal.

Por su parte Cuauhtémoc Cárdenas aseguró que de contar sólo con modificaciones a leyes secundarias, no constitucionales, para fortalecer a PEMEX, la paraestatal contaría con recursos adicionales de 150 mil millones de pesos anuales.

Propuso la modificación de 12 reglamentaciones a leyes actuales para hacer de Pemex una empresa más eficiente y productiva, sin permitir la inversión privada en la extracción de petróleo, basado en la propuesta del PRD, coincidió en que la reforma energética tiene que venir de la mano de una reforma fiscal que aminore la carga tributaria de Pemex.

Lic. Rafael Zaga @razagave