Razones por las que el rey Felipe VI de España no será coronado

En España, los monárquicos y curiosos esperan ansiosos el momento en que el Príncipe de Asturias se convertirá en el rey Felipe VI. Pero quien confíe en ver este jueves a un monarca con manto de armiño, trono y corona sobre la cabeza deberá acudir mejor a los cuentos de hadas y princesas.

Y es que en España, a diferencia de otras monarquías, como Reino Unido, el rey no asume la Jefatura del Estado con una solemne coronación, sino con una proclamación mucho menos fastuosa.

En otras palabras: ni Felipe de Borbón tendrá una corona en la cabeza, ni asumirá su nuevo cargo en un Palacio, ni habrá mandatarios extranjeros en la ceremonia.

Su vestimenta será el uniforme de gala del Ejército de Tierra, como máximo responsable de las Fuerzas Armadas del país, sin capas ni mantos.

Y la ceremonia se realizará en el Congreso de los Diputados, en Madrid, frente a los miembros de las cámaras alta y baja reunidos extraordinariamente para la ocasión.

Allí prestará juramento a la Constitución española y será proclamado,no coronado, rey de España.

Hay varias razones que explican este protocolo:

  • La actual Constitución española habla precisamente de proclamación. Esta ceremonia se interpreta como un pacto entre el rey y el reino, como contrapunto a los reinados “por mandato divino” del pasado.

“Una ‘coronación’ apela a la legitimidad dinástica de los monarcas, a su consagración real; a un pasado que vincula a la monarquía con la tradición histórica”, dice el profesor de Sistema Político Español e Instituciones Políticas y Estructuras de Decisión de la Universidad Complutense de Madrid.

  • Históricamente, el último rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio que hoy conforma España fue Juan I de Castilla, en el siglo XIV. Desde entonces, los monarcas españoles ascienden al trono con una ceremonia de proclamación.
  • Esta vez, Felipe no lo hará delante de la Iglesia -será una ceremonia laica- sino ante los representantes del pueblo. Y tendrá que jurar la Constitución española de 1978, convirtiéndose en el primer monarca en participar en una ceremonia de este tipo.
  • La actual corona real española, encargada a un platero por el rey Carlos III en 1775, es tan grande que haría casi imposible ceñirla sobre la cabeza del monarca. Desde Patrimonio Nacional, la dependencia encargada del cuidado de la corona y el cetro, se explica que esta joya de un kilo de peso tiene más un carácter “simbólico” y que “no se creó para ser colocada en la cabeza”.
  • Su padre, Juan Carlos, fue proclamado tras la muerte del general Francisco Franco, que le había nombrado como sucesor unos años antes.

 

Fuente: BBC Mundo