Razones por las que una mujer no siente placer sexual

La mujer que no siente placer sexual está anestesiada para el placer. Teme a la entrega de la misma forma que a su feminidad. Tolera la penetración pero, al no disfrutarla, la niega inconscientemente.

La forma de sentir la sexualidad viene marcada por condicionantes culturales. Hace décadas se asociaba la idea de mujer decente a la de insensible, con lo que muchas pensaban que lo normal era no sentir nada. En la actualidad, cualquiera sabe que se trata de un conflicto y sufre. La frigidez no suprime la posibilidad de tener relaciones sexuales, pero se caracteriza por la ausencia de deseo, del placer sexual y del orgasmo.

Pero, ¿por qué se produce esta anestesia? La incapacidad de sentir el orgasmo responde a más de una razón. La mujer que padece este síntoma puede estar identificando a su pareja con otras personas con las que tuvo una relación frustrante.

Padecer de frigidez también está relacionado con una intensa fijación inconsciente con la figura de la madre. Quizá de niña se sintió tan gratificada con ella que ahora se niega a crecer.

La frase “no hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos” esconde una negación sobre la sexualidad femenina. Les responsabiliza a ellos de ser los únicos artífices de lo que pasa en la relación sexual. La mujer incapaz de sentir placer cuestiona la omnipotencia masculina, según la cual solo el deseo de él sería suficiente para complacerla, a la vez que se defiende de un deseo inconsciente.

Si hay ausencia de deseo, no hay placer, y es el deseo de compartir el placer con otro el que a ella le falta. Además de lo que el hombre haga, la mujer tiene todo un mundo de fantasías y experiencias que determinarán la comunicación con su cuerpo y con el del otro.

Soluciones

Lo más conveniente es reconocer el síntoma y reflexionar sobre la posibilidad de realizar una psicoterapia psicoanalítica para resolver los cortocircuitos del deseo.

Esto sucede porque el deseo inconsciente no es equivalente al anhelo consciente. No hay que avergonzarse por sufrir este problema, sino meditar sobre el hecho de que aquello que se pierde tiene relación con vivir una vida más plena con la pareja. No es algo que se haya elegido, sino que se impone desde el inconsciente.

Lo que sí se puede elegir es la posibilidad de salir de la condena que lleva a la mujer que sufre la anestesia que la impide sentir placer con su pareja.

Fuente:  MujerHoy.com