Reforma Educativa: Miedos, mitos y realidades

El 23 de febrero del 2013, con La detención de la ex líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, se dio el primer movimiento de un plan superior que culminaría con la Reforma Educativa promulgada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el pasado diez de septiembre.

La primera reforma de Peña Nieto

Recuperar la rectoría del sistema educativo es el logro más sobresaliente del presidente de México hasta el día de hoy. Hay que decirlo con todas sus letras, desde hace más de dos décadas, la SEP ha cedido poder de decisión al SNTE en aspectos tan importantes como la contratación de docentes, la entrega y movilidad de plazas, la colocación de personal en la estructura directiva de la misma Secretaría, e incluso, las negociaciones salariales con las que se beneficia al gremio año con año.

Durante el sexenio de Felipe Calderón, el sindicato gozaba de tanto poder que podía elegir y decretaba la permanencia de los titulares de la SEP, convirtiéndolos en meros testigos de las negociaciones entre el Presidente y la entonces dirigente del referido sindicato magisterial.

Tras el polémico documental elaborador por el periodista Carlos Loret de Mola, De Panzazo, la sociedad mexicana logró dimensionar la gravedad del atraso, enmohecimiento y corrupción en el que estaba sumido el sistema educativo nacional. Se evidenciaron los excesos de poder y riqueza que son la constante en la cúpula sindical, así como las precarias condiciones en las que funcionan miles de escuelas en todo el país.

Maestros que abandonan las aulas para integrarse a la vida sindical, su bajo nivel de preparación y la falta de un esquema rector fuerte y confiable desde la SEP son, sostiene Loret de Mola, las principales causas de pobre rendimiento de los estudiantes mexicanos en comparación con lo que sucede en otras partes del mundo.

La Reforma que ya es Ley

El espíritu de esta reforma de la educación en nuestro país se centra, básicamente, en mejorar el nivel de competencia en la plantilla docente a nivel nacional, retomar su control y generar un sistema de evaluación obligatorio y confiable que permita detectar los puntos débiles del sistema. Tras un relativamente corto pero tortuoso camino legislativo de estas iniciativas, el mandatario mexicano promulgó las leyes que dan luz verde a la creación de los siguientes elementos:

1. Sistema de Información y Gestión Educativa: Primero lo primero. El gobierno debe saber con exactitud el número de maestros, alumnos, escuelas y recursos materiales con los que cuenta, pues, aunque sea difícil de creer, hasta el día de hoy no existe registro confiable que revele una radiografía del sistema educativo nacional.

2. Sistema de Servicio Profesional Docente: Con esta ley, el Gobierno recupera el control de la contratación (examen de oposición), supervisión, promoción y permanencia de personal en todo el país. Con ello, la SEP basará el ascenso de su personal -desde las aulas hasta los cargos directivos y de supervisión- con estricto apego a la meritocracia, sistema que aplicará a partir de la primera evaluación obligatoria que se realice a todos los profesores del país en próximas fechas.

3. Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE): Tendrá nuevas atribuciones para evaluar el desempeño y resultados de los profesores. Tal como sucede con el INEGI o el IFE, su carácter autónomo le confiere facultades para diseñar y realizar los cambios necesarios que vaya requiriendo el sistema educativo. Se buscará que esté conformado por personas con reconocida capacidad y que sea un cuerpo colegiado de especialistas el que realice la selección de éstas. En tanto, su presidente será propuesto ante el Senado por el titular del Ejecutivo Federal.

4. Evaluación obligatoria: El que repruebe, se va. Ningún maestro se escapará de someterse a un examen de evaluación y rendimiento profesional bajo ninguna circunstancia, ni el Sindicato podrá oponerse a ello como sucedió antes. Habrá consecuencias jurídicas tras obtener un mal resultado: el maestro que repruebe la evaluación deberá tomar cursos de capacitación y podrá presentar la prueba dos veces más; de no acreditarla, deberá retirarse del servicio docente y será reasignado en otra área de la SEP o cualquier otra dependencia de la Administración Pública. Como dato extra, cabe destacar que la última evaluación nacional fue reprobada por setenta y cinco por ciento de los profesores que la presentaron.

5. Esquema de Escuelas Dignas y Escuelas de Tiempo Completo: Con criterios de calidad, equidad y autonomía de gestión, se busca dotar a cada escuela de los medios necesarios para que cada director haga mejoras de infraestructura, compre materiales didácticos y equipe a su centro educativo. Con esta reforma legal se busca combatir el cobro injustificado de cuotas a los padres de familia, con el fin último de garantizar la gratuidad de la educación en las escuelas públicas de todo el país.

A partir del próximo ciclo escolar, los miembros del magisterio dejarán de ser una casta privilegiada. Inamovibles hasta ahora pese a que ese elevado porcentaje reprobó la última evaluación nacional, es natural que traten de impedir a toda costa que su empleo sea puesto en duda. Empero, hay que considerar que en sus manos está la formación de las nuevas generaciones de mexicanos, y que, por el bien del presente y el futuro del país, se debe garantizar que sean sólo los mejores perfiles quienes se hagan cargo de moldear la mente de nuestros niños y jóvenes.

A los miembros de la CNTE se les olvida también que son funcionarios públicos, con sueldos emanados del erario y -como tales- deben someterse a un esquema de rendición de cuentas (que en su caso es la evaluación universal), para garantizar que el dinero de todos está bien invertido en personal de primer nivel.

También es cierto que con esta reforma no se garantiza elevar el rendimiento de los estudiantes, pues la desnutrición, la pobreza, los factores familiares adversos y una sociedad que está cambiando su escala de valores, son factores que no se contemplan y a los que será imposible que el gobierno haga frente por sí solo.

Pese a las carencias, la propuesta es el primer paso para dar impulso a los engranes que han estado estáticos por décadas y acabar con nichos de corrupción que se desarrollaron a la sombra de un sindicalismo mal entendido y perversamente utilizado, más con fines políticos que en defensa de sus agremiados. Si se trataba de mover a México, insisto, este es un muy buen arranque.

Leer más: Revista Sexenio