Reforma Energética, indispensable para México

Las expectativas de crecimiento económico han sido ajustadas a la baja, pasando de un estimado de 3.1% a 1.8% PIB para 2013. Sin embargo el crecimiento previsto puede tomar su cauce ascendente con las Reformas Estructurales en puerta (Energética, Financiera, Fiscal).

Así es. La iniciativa de Reformas Energética presentada por el Ejecutivo Federal, representa el primer paso para transformar al sector energético bajo el dominio de la Nación y, ganar competitividad de forma eficiente, mediante la modernización en todos los renglones que involucra.

Se trata de una Reforma para transformar y elevar el nivel de vida de los mexicanos y, ese es el punto más importante a destacar, pues garantizará un acceso universal a la energía que permite a los países que poseen grandes reservas de recursos energéticos, como es el caso de México, la dinamización de la economía y la consolidación de un modelo de desarrollo progresista y sustentable para la población, pues brinda las condiciones necesarias para que la sociedad optimice el desempeño de todas sus actividades.

Bajo la premisa de que se conserva la propiedad de la Nación sobre el petróleo y el gas, aprovechando las ventajas que ofrece la asociación con el sector privado en actividades especificas en exploración, extracción, refinación, petroquímica, transporte, almacenamiento, así como en la distribución de la electricidad.

Y con reglas de contenido nacional en relación con las compras y proyectos de infraestructura de PEMEX, la Reforma es una garantía para la consolidación del desarrollo del sector como una verdadera palanca de crecimiento económico en el marco de una nueva política industrial y energética en México.

La propuesta es nítida en cuanto a la restructuración de PEMEX con su división en dos áreas: exploración y producción, orientada en la extracción de hidrocarburos y, por otro lado, transformación industrial, enfocada en el procesamiento del petróleo y gas en combustibles.

En materia energética se garantiza el acceso abierto a las redes de transmisión y distribución del Sistema Eléctrico Nacional, abriendo la posibilidad de adquirir energía en bloque más barata.

La responsabilidad ambiental es fundamental, si se toma en cuenta la posibilidad de desarrollar y adoptar fuentes de energía cada vez más limpias y de menor costo.

Todo lo anterior lleva a la conclusión de que la Reforma es estratégica desde la perspectiva de la necesidad de contar con finanzas públicas sanas y también para el funcionamiento eficiente de todo el aparato productivo nacional, pues se trata de un sector que influye en todas las actividades económicas del país.

Los beneficios de una mayor oferta energética incluyen a todos los usuarios, desde hogares, micro, pequeñas y medianas empresas, que justamente son las que generan la mayor parte de los empleos del país.

Es uno de los pilares en la construcción de un México incluyente, con un cambio en el esquema de contribuciones que se verá complementado con una Reforma Hacendaria integral.

Se trata de corregir todos los aspectos que han hecho declinar a PEMEX, entre ellos, la transparencia y la rendición de cuentas, y será bastante benéfico para México, dejar atrás su dependencia fiscal del petróleo y consolidarse no solo como uno de los principales productores de recursos en el mundo, pues eso ya lo tiene ganado, sino también como uno de los productores eficientes que aprovecha al máximo y con responsabilidad, su potencial energético.

José Sánchez Talavera