Una persona murió y al menos 12 resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo en el sur de Alemania. Alrededor de las 10 horas de la noche del día de ayer, un hombre hizo estallar explosivos que llevaba junto a un céntrico restaurante en la ciudad alemana. El atacante murió en el lugar dejando a 12 personas heridas, tres de ellas graves.
El suceso aconteció en la localidad de Ansbach. Según medios locales, la alcaldesa de la ciudad, Carda Seidel, explicó que la explosión fue frente a la entrada de un festival de música al aire libre al que asistían alrededor de 2.500 personas. El festival fue suspendido y todos los asistentes abandonaron el lugar del evento.
En un comunicado, la policía explicó que la explosión tuvo lugar en el centro de la ciudad poco después de las 22.00 horas (20.00 horas GMT). Por otra parte se detalló que el fallecido podría ser el responsable de la detonación.
El responsable de la explosión, un hombre, un sirio de 27 años a quien se le había negado una solicitud de asilo y debía ser deportado a Bulgaria. Según las investigaciones, el sirio había intentado suicidarse dos veces y había estado en tratamiento psiquiátrico.
Joachim Hermann, ministro de Interior del estado federado de Baviera, informó que el responsable de la detonación grabó en su teléfono celular un video en el que amenazaba con un atentado en nombre del Islam.
“En el móvil del hombre se encontró un video con una amenaza en árabe en la que, según una traducción provisional, anuncia un atentado contra Alemania en nombre del Islam”, dijo Hermann en conferencia de prensa.
Además, se declaró seguidor de Abu Bakr al-Baghdadi, el líder del yihadista Estado Islámico (EI). El hombre decía que se trataba de una venganza contra Alemania por interponerse en el camino del Islam y por la muerte de musulmanes.
La policía alemana halló diversos materiales susceptibles de ser utilizados para fabricar bombas en la habitación que ocupaba en un albergue de Ansbach, entre ellos un bidón de gasolina, ácido clorhídrico, pilas, alambres y guijarros, además de un ordenador portátil con imágenes de violencia relacionadas con el grupo terrorista Estado Islámico.
Con información de El País y 24 Horas
