Imagínense que entran a una casa de citas y en lugar de látigos, cadenas o esposas, encuentran plantas, flores y árboles. A medida que uno se aventura en la profundidad de las habitaciones, se encuentra con condones hechos a medida de los dedos de la mano y máscaras quirúrgicas forradas con hierba y pasto. Han ingresado a un burdel Ecosexual.
¿Qué es eso?, muchos se preguntarán. Se trata de la última tendencia que está dando un nuevo significado a los conceptos “amigable con el ambiente” y “horticultura”.
Amantes de la naturaleza (y del sexo) mantienen “relaciones sexuales” con la madre tierra. Así es, lo leyeron bien. Hablarle sucio a las plantas, besar y lamer la tierra, enterrarse en el suelo, nadar desnudo en aguas naturales, abrazar a los árboles y darle masajes a la tierra son algunas de las actividades que excitan a los Ecosexuales.
¿En dónde podría uno encontrar un lugar así y a quién se le habrá ocurrido?
Si alguien quisiera conocer más sobre esta tendencia, o expermientarla, tendría que ir a Melbourne, Australia. Cerca de la ciudad se encuentra el Jardín Botánico Real, lugar escogido por los australianos, Ian Sinclair y Loren Kronemeyer, conocidos Pony Express, para crear la “Ecosexual Bathhouse”.
Se trata de un inmueble de seis habitaciones, las cuales están adaptadas con aromas y temperaturas especiales todo para buscar una estimulación a través de la sensación de la naturaleza.
“La experiencia depende del enfoque de cada participante”, dijo el dúo para el sitio The Sun.
En este lugar, la gente se susurra palabras en una sauna y pueden descansar en una tormenta intoxicante o pagar por un baile privado con una sepia o un ave.
“Nuestro objetivo es hacer que lo ordinaria o cotidiano se sienten extraordinario”.
“Creemos que el mayor órgano sexual es en el cerebro, y si aplicamos nuestras facultades para la imaginación y la inmersión sensorial con el medio ambiente, podemos aprender a amar la tierra y respetar la diversidad y la complejidad que existe a nuestro alrededor todos los días”.
La instalación implica algo más que plantas, incorpora viento, agua y la geología. La idea es que si alguien pueda desarrollar atracción sexual y amor por la biosfera, lo que a su vez se, hará que se preocupe por ella en el futuro; un tipo de activismo.
El término “ecosexual” fue inventado por Beth Stephens y Annie Sprinkle, dos mujeres que afirman estar intensamente enamoradas con la tierra.
El 1 de mayo de 2014, la pareja se casó públicamente con la tierra. Se sentían atraídas por su poder de dar vida y por su belleza. Ian y Loren, fueron inspirados por Beth y Annie.
