La renuncia de la diputada del DF Laura Ballesteros al PAN anticipa la salida de un numeroso grupo de notables militantes del blanquiazul.
El principal motivo es su reclamo por el manejo del partido por parte del ex delegado Jorge Romero, cabeza del grupo mayoritario, sin que el dirigente nacional panista, Gustavo Madero, atienda las quejas de los inconformes.
Ballesteros, luego de 14 años de militancia, renunció al Partido Acción Nacional.
En una carta dirigida al presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, con copia para el líder panista capitalino, Mauricio Tabe, la legisladora señaló que renuncia porque se le cerró la puerta a los ciudadanos en ese partido, principalmente a las mujeres, para hacer política.
“El partido en el Distrito Federal cerró la puerta a los ciudadanos, particularmente a las mujeres que deseamos hacer política e influir positivamente en la ciudad”, indicó.
“El partido ya no existe más en la ciudad, el PAN local está en crisis y cooptado por un grupo de hombres cuyo interés principal es eternizar su poder, mi renuncia es una decisión difícil y me entristece pero actúo con congruencia y verdad”.
En su carta refiere que muchas mujeres que hacen política en el PAN temen cuestionar a los grupos locales y terminan aceptando ser violentadas en su trabajo a cambio de privilegios.