“Mingky” es un orangután que por más de un año permaneció encadenado entre las paredes de dos casas en un espacio tan pequeño que apenas y podía respirar.
Esto aconteció en Indonesia. Aceh Barat Daya, el hombre que lo alimentaba asegura que no es el dueño y que lo cuidaba hasta que regresara el propietario, un amigo
“Muchas personas pasaban a diario por aquí y no hicieron nada por rescatarlo de ese hueco”, comentaron en el Centro de Información de Orangutanes.
Afortunadamente Mingky, quien comía únicamente fruta y arroz y se abrazaba a sí mismo para dormir, deberá adaptarse a su nueva vida en un centro de recuperación.
Por su parte, la policía declaró que no perseguirá al sujeto en cuestión.