A lo largo de los años ha habido un fuerte debate sobre la persona que pudo haber inspirado al famoso cuadro de Leonardo Da Vinci, la Mona Lisa.
Varios estudios apuntan a que la fuente de inspiración vino de una mujer, Lisa Gherardini, esposa de un comerciante florentino. Sin embargo, Silvano Vinceti, jefe del Comité Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural, ha encontrado que en realidad se trata de un muso.
La información apunta a que hubo un personaje en la vida del pintor, llamado Gian Giacomo Caprotti, que trabajó con él desde niño y con los años se convirtió en una persona de confianza.
Incluso, hay otros dos cuadros que se basaron en Caprotti, se trata de dos pinturas de San Juan Bautista y el dibujo Ángel Encarnado.
Vinceti encontró que todas estas pinturas representan a un joven delgado, afeminado de cabellos rizados. Estas similitudes fueron encontradas en la Mona Lisa, particularmente en la boca y nariz.
Caprotti era mejor conocido como Salai, así lo nombró el pintor; también fue objeto de diversos dibujos eróticos. Por ello, se cree que incluso fue amante de Da Vinci, pero jamás ha podido ser confirmado.
Así como tampoco se ha podido averiguar en quién está inspirada la Mona Lisa. Entre otras teorías está la de que es un autorretrato y que esa sonrisa enigmática es la de su madre.