La exposición constante a un volumen muy alto de ruido puede traer a la salud consecuencias fatídicas como infartos o el surgimiento de enfermedades crónico-degenerativas como el lupus.
Según un estudio llevado a cabo por Everardo Camacho Gutiérrez, investigador del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad del Instituo de Educación Superior de Occidente (ITESO) estar expuesto a sonidos constantes que superen los 65 decibeles podría ocasionar un infarto al corazón. El estudio demostró que la exposición excesiva al ruido puede generar mutaciones en la estructura del miocardio. Y aunque es difícil determinar si algún infarto fue causado exclusivamente por un ruido intenso, el daño ya está hecho al corazón antes de que el paro cardiaco se presente.
El cáncer es una enfermedad a la que se le vincula con el estrés, así como enfermedades autoinmunes como la artritis, el lupus eritematoso, fibromialgia y arterioesclerosis múltiple. Y si se afirma que el exceso de ruido es un agente provocador de estrés, es muy posible que haya relaciones entre estos eventos. Todo esto aunado a los daños que ya se conocen que provoca el exceso de ruido, como por ejemplo, si éste supera los 90 decibeles, genera problemas en la estructura del oído.
Caso singular es Nueva York, donde ya habido casos de esterilidad por habérseles desprendido a las mujeres las trompas de falopio debido a la constante exposición al ruido.
Es importante señalar que según normas nacionales, el ruido no puede exceder 65 decibeles en el día ni 68 en la noche. Además la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en zonas residenciales la intensidad no debe superar los 54 diurnos ni 46 nocturnos.
Fuente: Excelsior