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Caso 1: hombres llenos de deseo

Hay hombres que gustan mucho del sexo y quieren que sus mujeres los acompañen cuerpo a cuerpo. Ellos siempre estarán dispuestos y lo hacen saber con gestos, dobles mensajes, llamadas hot y un cuerpo más que preparado.

Piden de sus compañeras la misma participación y compromiso. Sin embargo, no siempre lo consiguen. Hay mujeres que no alcanzan tal nivel de excitación y otras que, aún teniendo un buen nivel de deseo, se sienten acosadas ante sus maridos o parejas “hipersexuales”. Ellas creen que tienen un deseo sexual bajo cuando en realidad el deseo del compañero está aumentado y  en algunos casos se dejan llevar con una mezcla de placer y temor: “si no lo complazco se va a ir con otra”.

Caso 2: mujeres insaciables

Las mujeres insaciables que se vinculan con hombres obstinados, conformistas, formales, rígidos o respetuosos de reglas, tratarán de amoldarse a ellos hasta el punto del aburrimiento. En cambio mostrarán su verdadero carácter en el trabajo, con amigas y en toda situación social.

El día de sexo será alguno del fin de semana, con suerte, siempre con el mismo ritual: ellos se acercan, tocan los mismos puntos erógenos, y todo se repite.  Las mujeres expansivas, independientes, siempre voluntariosas, incansables, directivas, buscadoras de placer, ahora se han convertido en seres insatisfechos, hartos de la apatía de su pareja.

Las disfunciones sexuales hacen su aparición: pérdida de entusiasmo, del erotismo, del deseo sexual. Ellas desean algo diferente que colme el profundo descontento. Se ilusionan pensando en un cambio promisorio. Cuando se les pregunta: “¿alguna vez fue diferente?”, responden sorprendidas “¡No!” Raro es que sus hombres rígidos lleguen a satisfacerlas y a mejorar el encuentro erótico-sexual. Estos hombres necesitan revisar sus conductas y relajar sus defensas.

Fuente: Entremujeres