Vidulfo Rosales Sierra, abogado de los padres de los 43 normalistas desaparecidos desde hace año y medio, insulto a quienes confiaban en él. Llamó a los padres de los estudiantes “pinches indios piojosos” y señaló que “se niegan a cargar sus cobijas y a recoger sus platos cuando están de gira”.
En una grabación, que circula en Facebook, el defensor de los padres de los normalistas de Ayotzinapa suelta sus quejas durante la conversación telefónica con una mujer, que es identificada como su esposa, creada el 26 de diciembre de 2014.
Rosales Sierra pertenece al Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, organización no gubernamental que se especializa en la defensa de grupos indígenas que habitan en las regiones serranas de Guerrero.
Las expresiones del abogado no demuestran empatía por sus representados en algunos momentos. En la conversación telefónica que sostiene con una mujer que se identifica como su esposa, Rosales Sierra alude a las molestias que enfrenta al acompañar a los padres de los 43 normalistas desaparecidos durante una visita al estado de Oaxaca y de su imposibilidad de ir de compras “para no dar el mal ejemplo”.
En su charla relata que en los recorridos por el país no hay momentos para pasear, todo el tiempo se va en marchas y reuniones con las organizaciones solidarias como el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana.
Se suelta poco a poco, hasta que toma confianza y lanza sus quejas como: “Quiero pasar al baño, pero es un lío porque los padres están haciendo una pinche fila interminable”.
“No sé por qué a todos se les da que se quieran bañar, en un pinche frío que hace y todo, pinche bola de indios”.
En la lista de hechos que molestan al abogado, Vidulfo también se queja de la poca caballerosidad de los padres de los normalistas con las madres que acompañan las giras buscando a sus hijos.
“No mames, también no sabes qué pinche molesto. Y luego hay unos padres medios ojetes; van subiendo las madres, o sea, van subiendo las madres de familia, este, no es para que dejen que ellas suban, no, ellos primero se suben, ellos primero se forman, ¿ajá? No ven que hay unas madres grandes…”, señala hasta que le cortan la frase.
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