El director estadunidense David Fincher, encargado de llevar al cine el remake hollywoodense del primer volumen de la saga de novelas Millennium, reconoció cuál fue la verdadera razón por la que finalmente Scarlett Johansson no se quedó con el papel protagónico: es “demasiado sexy”.
El nombre de Johansson fue uno de los que circuló durante meses para interpretar a Lisbeth Salander en The Girl With The Dragon Tattoo, pero finalmente Fincher (Seven y The Figth Club) se decidió por la menos conocida Rooney Mara (The Social Network).
En una entrevista concedida a la revista Vogue de noviembre, de los que se dieron a conocer algunos extractos en The Hollywood Reporter, Fincher reconoció que la belleza jugó en contra de Johansson.
“Vimos a gente increíble. Scarlett Johansson estuvo genial. Fue una gran audición, de verdad. Pero el asunto es que con Scarlett, no puedes aguantarte a esperar que se quite la ropa”, reconoció Fincher.
Fuente: Excélsior
