Se creen santos pero no lo son

La Iglesia católica en México aclaró que no todos los santos en la creencia popular son realmente santos, sino solamente los que han pasado por un proceso de beatificación y canonización por el Vaticano, o bien, los santos que son señalados como tales desde los Evangelios.

El semanario católico Desde la Fe, editado por la Arquidiócesis de México, que preside el cardenal Norberto Rivera Carrera, se dio a la tarea de enumerar algunos de los que se cree santos, pero que realmente no lo son.

Así, se aclara que no pertenecen al selecto grupo de quienes deben estar en los altares: Jesús Malverde, conocido como el “santo de los narcotraficantes”, Juan Soldado, El Niño Fidencio, La Cabora, y mucho menos la santa muerte.

El sacerdote Modesto Lule apuntó en la publicación que los creyentes católicos no deben dejarse confundir con el gran número de figuras populares que pronto ganan fama de “santidad”, pues una falsa devoción atenta contra los cánones de la doctrina católica.

Entre los falsos santos destaca la denominada Santa Muerte, la cual se identifica como un esqueleto ataviado con vestido, guadaña, brazos y falanges de metal y con figuras de oro y plata, la cual es exhibida en tiendas espiritistas o mercados.

También se ve equivocadamente como santa a La Cabora, Teresa Urrea, nacida el 15 de octubre de 1873 en Ocoroni, Sinaloa, quien decía tener visiones y se ufanaba de predecir el futuro y realizar curaciones. Pronto ganó la fama de predecir el futuro.

Desde la Fe también desmitifica al Niño Fidencio, José Fidencio Síntora Constantino, quien nació en 1898, cerca de la villa de Yuriria, Guanajuato, pero que ganó seguidores como santo por supuestamente curar personas y animales, primero en Nuevo León y posteriormente obtuvo fama en todo el país. Sus seguidores creen que antes de morir dejó dicho a sus discípulos que de ultratumba se comunicaría con ellos a través de un médium.

Otro caso es el de Juan Soldado, Juan Castillo Morales, militar de Tijuana, Baja California, quien fue acusado del homicidio de una niña, pero la madre de la menor siempre mencionó que él no era el culpable y le llevó flores al lugar donde lo fusilaron. Con el tiempo la gente le comenzó a pedir milagros y su fama creció en la década de los años 40.

Finalmente, Jesús Malverde, cuyo nombre real era Jesús Juárez Mazo, conocido como el “santo de los narcotrficantes”, nació en 1870 en Sinaloa. Su figura, refiere el sacerdote Modesto Lule, se asemeja más a un Robin Hood moderno, a quien más de 85 por ciento de los narcotraficantes pide su intercesión ante Dios.

Fuente: Excélsior