Yvonne Dowlen fue una mujer que dedicó su vida al patinaje artístico. Participó en competencias, exhibiciones y fue profesora.
Aunque a los 80 años sufrió un accidente automovilístico que parecía que no le permitiría volver a ponerse patines, ella no se detuvo y venció todos los obstáculos para volver a hacerlo.
La mujer afirmaba que su vida era patinar y que al ver a otros ancianos de sus edad con bastón u oxígeno, se aferraba a disfrutar aún más sus patines.
A los 90 años, mientras patinaba en Colorado, falleció, pero aún es recordada por su espíritu de lucha y su alma joven.