Se salen de control las cosas en Apple

Lo que comenzó la semana pasada como un momento incómodo durante el interrogatorio de un ejecutivo de Apple de rango medio, se convirtió en un auténtico caso federal el lunes, el noveno día de testimonio de la causa del Gobierno estadounidense contra Apple.

El último elemento en el caso antimonopolio del Departamento de Justicia contra Apple es un correo electrónico firmado por Steve Jobs y dirigido al vicepresidente senior de la firma, Eddy Cue, que según el Gobierno era “el cerebro” de una conspiración para elevar el precio de los libros electrónicos en 2010.

Dan McCuaig, un abogado del Departamento de Justicia, mostró la evidencia y la colocó delante de Keith Moerer, jefe de la iBookstore de Apple, en la última hora del sexto día (el martes pasado). Moerer y su colega Kevin Saul habían testificado antes que Apple era “indiferente” al tipo de acuerdo que los editores suscribieron con Amazon, que entonces era el vendedor líder de libros electrónicos con una cuota de mercado del 90%. Sin embargo, en un correo electrónico enviado en respuesta a algunos cambios al precio máximo propuestos por Eddy Cue, Jobs había escrito el 14 de enero de 2010:

“Puedo conformarme con esto, siempre y cuando ellos hagan que Amazon adopte también el modelo de agente para los nuevos lanzamientos para el primer año. Si no es así, no estoy seguro de que podemos ser competitivos…”

¿Refleja esto “indiferencia”?, le preguntó McCuaig a Moerer. “No”, admitió de mala gana Moerer.

El principal abogado de Apple, Orin Snyder, no perdió tiempo para intentar desarmar las nuevas pruebas. “¿Es usted consciente de que este correo nunca se envió?”, le preguntó a Moerer.

Las cosas se salieron de control. Snyder presentó cinco versiones diferentes del correo electrónico de Jobs. En cuatro de ellas, la frase “hagan que Amazon se pase al modelo de agente” (move Amazon to agent model) había desaparecido.

En su lugar, había variaciones de la cláusula de igualación de precios que terminó en el contrato de Apple. De allí se concluye que el pensamiento de Jobs había evolucionado en el proceso de elaboración de los correos.