¿Se te antojaría comer una hamburguesa con carne de caballo?

Resulta ser que la carne de caballo siempre fue bienvenida en algunos países europeos, sin embargo esto a llevado a algunos consumidores a mantenerse al margen de los productos de ternera.

Al menos en la mayor parte del mundo de habla inglesa no hubiera estado de acuerdo con esto. En Francia, la respuesta se la pensarían dos veces. El consumo de la carne de caballo estuvo en declive desde hace décadas, y hoy apenas representa el 0,4% de toda la carne que se consume. El 17% de la población admite haber comido carne de caballo en algún momento y alrededor de 11.000 haciendas siguen criando caballos para su consumo.

Se dice que lo peor del declive ya pasó, sin embargo durante los dos últimos años el comercio de este tipo de carne ha sido estable. “Hemos tenido que aguantar muchos ataques”, dice Yves Berger, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Carne Interbev. “Cada año nuestros oponentes montan grandes campañas de publicidad para decirle a la gente que no coma caballo”.

“Pero lo que noté es que el efecto de estas campañas está disminuyendo. Cada vez más, vemos que la gente quiere mantener una mente abierta acerca de comer caballo… Que es como debe ser”. Además de que coincide con la estabilización del mercado, es una nueva gastro-tendencia entre los gourmets de París.

Muchos chefs ya empezaron a incluir el caballo en sus menús. “Por supuesto, es perfectamente apto debido a que la tártara original era de caballo. Los miembros de una tribu mongol se comían sus propios caballos”, dijo el propietario Jean-Guillaume Dufour. En realidad, no hay una evidencia histórica pero, ¿quién quiere arruinar una buena historia?

“Mi misión es decirle al mundo que usted puede sentarse en su carne (bajo la silla de montar) y comérsela también” añade y concluye, “Sí, ya sé que los caballos son bellos y simpáticos y todo eso. Pero las vacas también lo serían si les dejáramos”.

Otros restaurantes -como “Le Taxi Jaune”, “Le Verre Vole” y “Septime”- sirven carpaccio, hamburguesas o simples filetes de caballo con huevos de codorniz.

“Definitivamente, algo está pasando”, dice Dorian Nieto, un bloguero sobre alimentación, aficionado a la carne de caballo y autor de “La boucherie chevaline etait ouverte le lundi” (que en español viene a decir “El carnicero de caballo abría los lunes”), una celebración del consumo de caballo.

“Varios restauradores me dijeron que estaban buscando dónde comprar carne de caballo de alta calidad. Se trata de un regreso a los valores antiguos, una especie de nostalgia. Y sí, es todo bastante moderno y parisino”.

 

Fuente: BBC Mundo