Erika Gándara, de 28 años, era el único miembro de la policía municipal de Guadalupe, en el estado de Chihuahua, hasta que fue secuestrada el pasado jueves por un grupo armado que entró a su propia casa.
Desde junio de este año, Gándara era la única policía en este poblado fronterizo; en la misma semana que entró a trabajar, fue asesinado un oficial de policía, y meses después otros siete renunciaron. En junio, el resto de los uniformados se dio de baja tras el asesinato del alcalde.
Este hecho la colocó en periódicos nacionales e internacionales que destacaban su situación.
De acuerdo con la prensa local, el Ejército ha enviado a 30 soldados para patrullar la zona e investigar el crimen. El municipio de Guadalupe ha sido uno de los más golpeados por la violencia en los últimos años; apenas el domingo fue incendiada la casa de una funcionaria municipal.