Es inevitable, las experiencias vividas nos cambian los lentes con los que miramos el mundo. Con cada experiencia se pueden abrir ante nosotros nuevos caminos y es posible plantearse nuevas preguntas que modifiquen nuestro ahora y nuestro futuro. La llegada de mi hijo trajo para mi unos nuevos lentes y nuevas preguntas.
Ahora, observando a las personas de repente me encuentro imaginándolas cómo niños o niñas pequeños, me pregunto cómo habrán sido de bebés, cómo habrá sido su infancia y sus padres.
Me pregunto, por ejemplo, ¿qué habrá aprendido de esos primeros años una persona involucrada en relaciones personales tóxicas o complicadas, o una persona que violenta los derechos de otros, cuyos valores, acciones y actitudes no promueven el crecimiento de quienes le rodean e intoxican el medio ambiente donde se desempeñan?
Si bien infancia no es destino, no se puede negar el profundo impacto de los primeros años y de nuestros primeros cuidadores; es como si al nacer nos hubieran dado nuestro pedacito de tierra, nuestro gran proyecto personal, pero como no podíamos hacernos cargo en principio, fueron necesarios unos primeros jardineros que con sus recursos y las semillas que tenían cuidaron de ella hasta que pudiéramos hacernos cargo.
¿Te has preguntado qué cosas sembraron en ti? ¿Qué semillas crecieron y te han impulsado hacia adelante, a seguir tus sueños, a ser una mejor versión de ti mismo? ¿Qué semillas han sido fuente de sufrimiento? ¿Te has dado cuenta que seguramente aparecieron por ahí plantas que no sirven de nada, de esas que afean el paisaje y consumen energía y recursos, y que hay que limpiar el jardín de ellas?
Por otra parte (y pensando en quienes tienen hijos o pequeños en los que pueden ejercer cierta influencia), ¿qué cosas queremos sembrar en nuestros hijos?
Si las escuelas tienen programas educativos en el supuesto de lo que consideran es importante conocer, ¿qué es lo que los padres deberíamos enseñar para que los pequeños como individuos tengan los recursos necesarios para salir adelante por sí mismos? ¿Qué principios y valores son importantes para la vida?
Como responsables del proyecto de nosotros mismos, y de nuestra tierra, nos toca revisar que hace falta y como conseguirlo, trabajar constantemente para llegar a ser lo que nos gustaría ser.
Como responsables provisionales del proyecto de un pequeño ser en construcción quizás nos toca tomar conciencia de que ellos observan y aprenden constantemente de nuestras acciones y de quienes nos ven ser, en ese sentido tendríamos que plantearnos cómo enseñar a los pequeños el respeto por los demás y a su medio ambiente, inculcar en ellos la tolerancia y la sensibilidad ante la diferencia, el agradecimiento y la sonrisa como práctica diaria y algunas otras cosas que consideremos importantes para ser felices, libres e independientes.
La reflexión y la propuesta de hoy es mirar por un momento tu jardín, darte cuenta que es tuyo y preguntarte qué puedes hacer para que sea el jardín más bello, aquel en el que se disfruta estar, que da buenos frutos y buena sombra y si tienes hijos, preguntarte qué semillas quieres plantar en ellos para verlos florecer, para que sean felices.
Eres un buen jardinero, sólo falta trabajar en ello.
Por Déborah Buiza G.