Sexo en el Backstage: ¿cuánto dura un rapidín?

19:50

Mientras el Tiburón da tremendas acometidas en el cuerpo carnoso de una ardiente diputada, al fondo se escucha el barullo de los últimos detalles del backstage del Vive Latino. Ska punk está a punto de salir a escena y todos buscan al asistente de producción, pero el Tiburón, esa bestia depredadora, no puede responder pues está devorando a su última presa la cual se encuentra dominada en el piso de la camioneta del grupo musical.

¡Que no Tiburón! ella grita. Mientras él le baja el entallado pantalón ella se acomoda el bra que ya le había desabrochado, cuando él arremete sobre el bra el “pollo” se sube el pantalón.
Que soy conocida, que me van a ver, que espérate tantito, que así no. El Tiburón tiene que actuar rápido dadas las circunstancias y con conocimiento de causa de que las que dicen no, siempre acaban pidiendo más.

Minutos antes la diputada, acostumbrada a ser el centro de atención, se retorcía de enojo porque invitada por el escualo se sentía mal atendida (ya que el galán estaba demasiado ocupado y corría de la camioneta al stage con sus botas dr. marteens negras y su mohawk imposible).

Haciendo uso de todo su poder, y de su entalladísima talla 36, la diputada engafetada como VIP prácticamente plantó sus enormes senos apenas ocultos por un bra negro, entre el Tiburón y la camioneta. Tons qué ¿es más importante tu trabajo que ésto? le pregunta retando a quemaropa y abriéndose totalmente la blusa.

El Tiburón tiene que responder pues su honor de patán está en juego. Aunque sabe que guapo, guapo no es y que la tiene chiquita, tiene muchos puntos a favor pues está jugando de local y además trae puesto su pantalón de piel negra y camiseta del grupo. Es un cabrón sexy, el dios del rock en ese escenario y sabe que las mujeres se derriten al paso de su 1.90 de estatura.

Completamente dominada la víctima del bra extrasize, por fin cede y grita más, más, ¡así!
Ya no hay tiempo de quitarse la ropa, con los pantalones a la mitad y haciendo a un lado los chones, se dio el acelerado rito rapidín.
¡Ayyyyyyy!, tremendo grito que hasta preocupa al Tiburón que cree que se picó el trasero con un resorte del sofá de la camioneta. ¡Me vengo! grita la importunada víctima-victimaria con todo su cargo y su reputación mezclada con la lujuria y los resortes del sillón.

19:59

Al escuchar las primeras notas musicales del grupo de rock, el Tiburón sabe que el show ha empezado (y el suyo terminado). Coge rápidamente la camiseta del vocalista que fue a buscar y la usa para limpiarse.

La emblemática playera negra ahora luce una nueva versión del logo del grupo con mancha blanca, huella de la batalla de hace unos segundos. Apenas llega al escenario y avienta la playera al cantante que está a punto de salir, mientras su banda ya toca la rola. El rockstar se la pone lo más rápido que puede y sale al escenario.

20:05

Después de la primera rola, y cuando estallan los aplausos, el vocalista se quita la mancillada camiseta y la avienta a las fans, quienes se arrebatan el fetiche. Mike, el vocalista, invita al Tiburón a cantar con él… pánico escénico del tiburón cuyas piernas tiemblan no se sabe si por la incómoda sesión de sexo o los nervios, pero una vez frente al público se olvida de la letra y, arrebatado, decide hacer un stagedive lanzándose sobre las multitudes enardecidas y sorprendidas. ¡Esto es rock and roll! grita extasiado mientras lo transportan en brazos de vuelta al escenario. La noche estuvo completa.

“En una encuesta realizada a quien quiso responder se registraron las cifras promedio de lo que dura un rapidín. 1 minuto fue el tiempo más bajo, reportado por una mujer y 25 minutos el más alto, reportado por un hombre. La mayoría de los encuestados dijo que dura 10 minutos aproximadamente. En un rapidín es difícil que la mujer llegue a un orgasmo.”