“Si no cambiamos, ¡nos cambian!”, reconoció el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, antes del inicio de la XXI Asamblea Nacional Ordinaria, que el presidente Enrique Peña Nieto clausurará mañana.
En entrevista con Excélsior, el dirigente afirmó que su partido ya aprendió la lección. “Para nosotros fue una época muy difícil la pérdida de la Presidencia (de la República), pero aprendimos. Supimos entender el mensaje de las urnas”.
Al preguntarle sobre la postura que el PRI asumirá en su Asamblea Nacional —en la que celebrarán sus 84 años de vida— respecto del IVA en alimentos y medicinas, la apertura a la inversión privada en Pemex y la vigilancia en el desempeño de las autoridades de afiliación priista, Camacho Quiroz adelantó posibles cambios en los documentos fundamentales del partido.
Explicó que pretenden una reforma que, en materia de impuestos, “acabe con privilegios” y que cambie la manera de distribuir los ingresos. Aclaró que, si bien se oponen a la privatización de Pemex, quieren “esquemas de inversión más modernos” para abrir al capital privado algunas partes del proceso productivo de la paraestatal, bajo el escrutinio del Estado.
En materia de telecomunicaciones, aseguró que impulsarán que los concesionarios exploten el espectro radioeléctrico en un clima de mayor competencia.
Y sobre una instancia que revise la actuación de los gobernantes priistas, indicó que el partido tiene “toda la autoridad política” para llamar a cuentas a quien no haga bien las cosas.
“El PRI aprendió la lección”
“¡Si no cambiamos, nos cambian!”, expresó de manera escueta pero enfática el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz, al admitir que el partido que dirige ya aprendió la lección en estos 12 años fuera de Los Pinos.
“Para nosotros fue una época muy difícil la pérdida de la Presidencia y la mayoría de las posiciones en el Congreso, pero aprendimos la lección, supimos entender el mensaje de las urnas, la actitud más exigente de los ciudadanos que querían un partido político distinto, uno que interpretara mejor sus anhelos, sus deseos, sus expectativas”, reflexionó en entrevista para Grupo Imagen Multimedia.
Tras 12 años de ser oposición, el partido se fue reconstruyendo tanto en su vida interna como hacia el exterior, donde se privilegió la cercanía con la sociedad, refirió el político mexiquense, en el contexto de la XXI Asamblea Nacional Ordinaria, que inició el viernes y culminará el domingo, con la presencia del presidente Enrique Peña Nieto, de militancia priista.
Camacho Quiroz destacó que en ese tránsito de retorno a la Presidencia fue toral la postulación de una candidatura sólida, como la de Enrique Peña Nieto.
“Ganamos la Presidencia porque tuvimos la oportunidad de construir una candidatura muy fuerte con un hombre apto para la política, alguien que ha demostrado capacidades; un político muy bien formado con los principios priistas de mayor rango, pero puesto al día; un político enterado, con gran capacidad para construir esos espacios en los que todos nos sintamos cómodos y así convertir propuestas en políticas, programas de gobierno, trabajo legislativo.”
Las reformas pendientes
El PRI llega a la etapa conclusiva de su XXI Asamblea Nacional Ordinaria y a su 84 aniversario con varios temas controvertidos en el tintero, como el IVA en alimentos y medicinas, la apertura a la inversión privada de Petróleos Mexicanos, la vigilancia en el desempeño de autoridades de extracción priista y una postura de mayor cercanía a la sociedad.
Ante estos retos clave para el país, el PRI advirtió que no habrá privatización de Pemex, pero sí “esquemas de inversión más modernos” para abrirse al capital privado en algunas partes del proceso productivo de la paraestatal, que seguirá bajo el escrutinio del Estado.
También abogó por una reforma hacendaria que beneficie a todos y no una mera discusión “IVAcéntrica”. Y en las telecomunicaciones se modificó el Programa de Acción priista para que el espectro radioeléctrico, “que es de los mexicanos”, se abra a un clima de mayor competencia, “con autoridades fuertes que lo regulen, y que esa competencia se convierta en mayor calidad en el servicio y mejores precios para los usuarios”, advirtió César Camacho.
En su cuenta de Twitter, el ex gobernador del Estado de México expuso que en estos momentos el PRI “tiene la actitud y la aptitud para afrontar sus retos, y demostrar que, transformándose, contribuirá a la transformación del país”.
De Pemex, el priista expuso que esta empresa “ha sido sobreexplotada, o irracionalmente explotada, y no hablo de la explotación del petróleo (sino de que) la mayor parte de los ingresos se va al fisco, no hay posibilidades, o no muchas, de que Pemex se reinvierta, que mejore sus procesos, que tenga más dinero para sí misma y se haga una empresa de clase mundial, que compita también con reglas de la economía global, sin que pierda el Estado su rectoría, su manejo”.
Petróleos Mexicanos “debe seguir siendo de los mexicanos, pero con esquemas mucho más modernos, inteligentes, fluidos y, eventualmente, con la posibilidad del capital privado en algunas partes del proceso, del complejo proceso productivo de Pemex, siempre bajo el escrutinio, las reglas en la autoridad del Estado”.
En telecomunicaciones, el priista afirmó que la militancia está diciendo “en términos generales” que si el espectro radioeléctrico, que es de los mexicanos, es el que se usa para prestar estos servicios, los concesionarios, es decir, a quienes el gobierno da la oportunidad de explotar este servicio, tienen que brindarlo en un clima de mayor competencia, que mejore el servicio y las tarifas al usuario.
En materia hacendaria, Camacho Quiroz consideró que “hay que revisar todo”, pues “cuando uno ve solamente partecitas, caemos en la tentación, y lo hemos hecho los mexicanos, de hacer reformas mediante parches, que en consecuencia les falta integración, les falta visión de conjunto, y eso es lo que ya no queremos que ocurra. Queremos que haya una reforma hacendaria integral y duradera”.
El PRI no quiere “una reforma hecha por retazos, no hecha en pedacitos, sino una que de una vez por todas atienda los temas de los impuestos para que pague más el que tiene más, para acabar con cualquier régimen de privilegios, que es un trato discriminatorio, una trato que genera diferencias entre quienes no debe haberlas, que al mismo tiempo esa reforma se refiera no sólo a cómo hacerse de ingresos, sino cómo distribuirlos”.
Aceptó que no hay reformas para toda la vida, pero “queremos una que le dé certeza a los contribuyentes, al gobierno, a todos, para que se sepa de cuánto podemos disponer, y después se discuta cómo se debe distribuir, aplicar más inteligentemente para que nos beneficie a todos”.
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