Si pudieras ser otra persona, ¿quién serías?

La mayoría de nosotros tenemos prejuicios muy arraigados. Hace poco un equipo demostró que una corta estadía en un mundo virtual podría reducirlos.

Si pudieras ser otra persona, ¿quién serías? Esto por lo general es sólo una pregunta teórica. Pensar en la idea de adoptar de repente la forma de un vecino, un famoso o incluso su perro es divertido, aunque aparentemente imposible de realizar.

Sin embargo, gracias a un curioso dispositivo de realidad virtual, algunas personas han experimentado lo que podría ser estar en la piel de otro.

“Los primeros segundos son abrumadores”, dice Rikke Frances Wahl, una mujer que temporalmente se convirtió en hombre. “Se siente extraño. Uno comienza a sentirse cada vez más cómodo con la situación y empieza realmente a fantasear de cómo sería si fuera su propio cuerpo”.

Wahl, que es actriz, modelo y artista, fue una de las participantes de un experimento de intercambio de cuerpos en Be Another Lab (“laboratorio para ser otro”), un proyecto desarrollado por un grupo de artistas en Barcelona. Ella obtuvo su nuevo cuerpo gracias a una máquina llamada The Machine to be Another (La máquina para ser otro).

El sistema es relativamente simple. Ambos usuarios se ponen unas gafas de realidad virtual Oculus Rift con una cámara montada en su parte superior. El video de cada cámara es transmitido a la otra persona, así que lo que uno ve es la visión exacta de su pareja. Si mueve el brazo, lo ve. Si uno mueve su brazo, el otro lo ve.

Para irse acostumbrando a ver el cuerpo de otra persona sin realmente controlarlo, los participantes comienzan moviendo sus brazos y piernas muy lentamente, así el otro puede seguirlo. Con el tiempo, este tipo de movimiento lento y sincronizado se vuelve cómodo, y los participantes realmente comienzan a sentirse como si estuvieran viviendo en el cuerpo de otra persona. “Era muy natural”, dice riendo Wahl, “y al mismo tiempo era tan anormal”.

Cuando Wahl se intercambió con su pareja, Philippe Bertrand, un artista que trabaja en Be Another Lab, terminaron quitándose la ropa hasta quedar en ropa interior. Esta es la escena que Wahl recuerda cuando ella piensa en la experiencia. “Estábamos allí sin nada más que la ropa interior, miré hacia abajo y vi mi cuerpo entero como el de un hombre, vestido con calzoncillos”, dice ella. “Esa es la imagen que más recuerdo”.

Los estudios han demostrado que la realidad virtual puede ser eficaz en la lucha contra el racismo implícito, el prejuicio inherente que los humanos tienen contra los que no se ven o suenan como ellos. Investigadores de la Universidad de Barcelona realizaron un cuestionario llamado Test de Asociación Implícita, que mide la fuerza de las asociaciones de las personas, como por ejemplo, entre las personas negras y adjetivos como bueno, malo, atlético o torpe.

Luego, antes de hacer la prueba nuevamente, se les pidió que controlaran el cuerpo de un avatar digital de piel oscura usando lentes de realidad virtual. Esta vez, fueron más bajas las puntuaciones de prejuicios implícitos en los participantes.

 

Fuente: BBC Mundo