Siempre hay que buscar otro enfoque

No importa qué tan alta sea tu autoestima, siempre hay algo que te hace sentir insegura/o. Ya sea en el trabajo, en tu vida personal o en una relación de pareja; tienes un talón de Aquiles.

Hay situaciones difíciles para todos, como hablar en público o llegar solo a una fiesta donde no conoces a nadie. Y no hay nada como el ligero vacío en el estómago al momento de quitarte la ropa. Y es que no es en vano que un alto porcentaje de mujeres prefieran (o exijan) las luces apagadas.

Las lonjitas, las estrías, o simplemente una percepción distorsionada de ti misma/o puede afectar cómo te relacionas con los demás. Y aún fuera de las sábanas, cuando la mano de tu acompañante pasa por tu costado, es casi inevitable sumir la panza. No está mal preocuparse por cómo te ves y trabajar para que tu imagen sea cada vez mejor.Pero no hay nada como la actitud que adoptas cuando te sientes en confianza, porque dejas salir lo mejor de ti y eso permea a todos los ámbitos de tu vida.

El detonador de esta conducta puede ser una felicitación en el trabajo o cambio en tu rutina, pero si nada de esto ocurre, a veces se puede trabajar con la pareja, ya que la certeza de gustarle a alguien te hace sentir invencible. Y si no es así, lo único que debes tener en mente es que las cosas buenas llegan cuando mejor te sientes, y esa forma de pensar es un imán para todo lo que traes en mente.

Todos estamos llenos de dudas y tenemos un ideal estético de nosotros mismos a veces inalcanzable, pero si tomamos en cuenta que somos mayoría, no podemos estar equivocados en algo: que esta vida es para disfrutarse; sólo es cuestión de empezar.