En la 12a. edición del Festival de Poesía de Berlín, Silvio Rodríguez, cantautor cubano, después de dar una plática sobre su poesía, cantó una canción.
Él, confesó, no iba preparado para cantar, sino únicamente para hablar con el romanista Dieter Ingenschay.
Sin embargo, el público comenzó a insistir en que Rodríguez se despidiera con una canción. “Si hay una guitarra, canto”, dijo Rodríguez, cuando de pronto, del fondo de la sala, una guitarra salió para llegar a sus manos. A pesar de que muchos le pidieron ‘Ojalá’, lamentó no poder, en esa ocasión, dar gusto a la audiencia, ya que es una canción difícil que necesita ensayarse antes.
Contó entonces una anécdota para ejemplificar cómo es su manera de trabajar. La inspiración, para él, es algo impredecible y caprichoso. Por eso es posible que le llegue en el momento más inesperado. Una tarde se encontraba en la casa de su hermana y la mujer que, en ese tiempo, era su esposa. Esta última se disponía a tomar una ducha, pero no tenían champú, por lo que Silvio fue a su casa por él. En el camino se le ocurrió una letra y una melodía. Llegó a casa y se puso a escribir. Regresó, más tarde, a la morada de su hermana, sin champú y con una canción nueva: ‘Gota de rocío’, que tocó en Berlín.
“Voy a interpretar la pieza que se me ocurrió cuando iba por la botella de champú”, dijo contento Rodríguez a su público antes de comenzar a cantar.
Fue a Dieter Ingenschay, encargado de dirigir la conversación en que participó Rodríguez, quien confesó que de joven estaba muy interesado en la literatura y escribía poemas, pero de música no sabía prácticamente nada. Esto lo dijo en la Academia de las Artes de Berlín.
Los primeros temas de Silvio, ahora de 64 años de edad, fueron escuchados e interpretados por la orquesta de Mario Romeu, quien estaba fascinado por el talento del joven Rodríguez. Este último hizo su primera aparición en la tele cuando acabó su servicio militar. Gracias a eso y al diálogo rico con otros músicos como Pablo Milanés, Martín Rojas y Eduardo Ramos, Rodríguez es ahora uno de los máximos exponentes de la nueva trova cubana.
Silvio Rodríguez fue el único representante de América Latina en el 12o Festival de Poesía de Berlín.
Silvio confesó que como todo ser humano, tuvo que imitar lo que admiraba de otros para aprender a expresarse, y por eso comenzó a escribir poesía. Se leyeron algunos de sus textos y declaró, además, que 2 de sus poetas más importantes son José Martí y Nicanor Parra. Está convencido, por un lado, de que la poesía puede cambiar al mundo, pues es una forma en que la comunicación y la belleza confluyen. Por otro, argumenta que cualquier disciplina artística es un trabajo arduo y duro que exige disciplina y dedicación.
Fuente: La Jornada
Foto: SeanFelices
