Siria no dará tregua a los opositores

El presidente Bachar el Asad comienza a agotar los recursos de su doble juego, que hasta ahora no ha funcionado contra la revuelta popular extendida por toda la república arabe.

Los movimientos de oposición se sienten más fuertes cada día y se preparan para el cierre final. Las manifestaciones convocadas para este fin de semana se prevén masivas.

En la ciudad de Homs, ubicada a 165 kilómetrso al norte de Damasco, se han desplegado las fuerzas del ejército sirio esta mañana, donde podrían ocurrir nuevas manifestaciones en oposición al régimen.

Con este fin de semana en perspectiva, Bachar el Asad prefirió no esperar al trámite en donde él mismo designa a los miembros de la Asamblea, y firmó un decreto que abolió los poderes excepcionales del Estado y los tribunales políticos. Por este mismo decreto, según el Gobierno, quedaron legalizadas las “manifestaciones pacíficas”, aunque el Ministerio del Interior proclamó el lunes que la anunciada supresión de las leyes excepcionales suponía tal democratización que no había ya justificación para ulteriores protestas callejeras y, por tanto, no serían toleradas.

“Mientras exista un sistema judicial mínimamente independiente y los poderes de la policía continúen ilimitados, la supresión del estado de excepción y del Tribunal de Seguridad del Estado no serviría de nada”, declaró Haitham el Maleh, uno de los varios organizadores de las manifestaciones contra el absolutismo.

Junto a las fuerzas de seguridad se desplegaron en Homs las temidas bandas de losshabiha, pistoleros al servicio del régimen que se infiltran en las protestas pacíficas para inducirlas a la violencia y, en ciertos casos, para identificar a los cabecillas y matarlos.

Los manifestantes interpretan que el Gobierno utiliza a los shabiha para crear un caos que justifique la represión a sangre y fuego y para asustar a los ciudadanos que desean reformas, pero no una guerra civil.

Fuente: El País