Al menos 14 personas murieron en deslizamientos de tierra y derrumbes de edificios por el poderoso terremoto de magnitud 7.5 que el lunes sacudió las remotas tierras altas de Papúa Nueva Guinea, aunque había reportes no confirmados de hasta 30 fallecidos.
El terremoto que remeció la región también dañó la infraestructura de minería y energía y llevó a ExxonMobil Corp a cerrar su planta de gas natural licuado (GNL) de 19,000 millones de dólares.
Se suscitaron decenas de réplicas, incluyendo un sismo de 5.7 de magnitud el martes por la tarde, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
La falta de comunicaciones impide una evaluación clara de los daños, dijo Udaya Regmi, jefe de la Cruz Roja Internacional en Papúa Nueva Guinea, en Port Moresby.