En México aún se recurre a la práctica de la tortura por lo que su erradicación es uno de los retos que el Estado enfrenta a diario, admitió la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Así da por concluido el diferendo que surgió con Juan Méndez, el relator especial de Naciones Unidas en la materia.
La Cancillería mantuvo su rechazo al contenido del informe que el relator presentó el 9 de marzo pasado, en el que sostuvo que la tortura en México es una “práctica generalizada” y reafirmó su desacuerdo por el papel que desempeñó Méndez, a quien en días pasados acusó de violar el Código de Conducta que rige su mandato.
Al cerrar este capítulo, la SRE dejó en claro además que este incidente no impedirá que México mantenga su política de apertura al escrutinio internacional en materia de Derechos Humanos, como ocurre desde hace varios años a iniciativa del gobierno.
En un comunicado, la SRE reconoció “sin la menor ambigüedad, que existen retos significativos para lograr, en los hechos, una mejor y más amplia protección de los derechos humanos en el país”.
La SRE también señaló que el relator realizó visitas a centros penitenciarios, centros de arraigo, centros de readaptación para menores y estaciones migratorias, y que muchas de ellas se hicieron “sin previa cita y con muy poco tiempo de preparación”.
“El relator asegura categóricamente que no recibió en ningún momento denuncias de tortura. Así lo dice y lo reitera en su propio documento”, recordó.
Al margen de este diferendo, la Cancillería indicó que México rendirá cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos del cumplimiento de sus obligaciones internacionales y de las recomendaciones contenidas en el informe del relator.
Fuente: El Universal