No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que la popularidad de un artista en 2015 ya no se mide por la cantidad de discos que venda o por la cantidad de dólares que gane, sino por los millones de seguidores que tenga en su cuenta de Instagram. Ni siquiera en Twitter.
Durante mucho tiempo, el título de la persona con más usuarios enganchados a su feed fue para Beyoncé con 44 millones de followers. Sin embargo, el chollo se le acabó a finales del mes de agosto cuando Kim Kardashian la adelantó con cien mil seguidores más.
Da igual, tampoco le ha durado mucho. Apenas han transcurrido unas semanas hasta que Taylor Swift las ha adelantado a las dos y se ha erigido con 45.700.000 seguidores como la única persona en el mundo que podría decir aquello que una vez se le atribuyó a John Lennon: “Soy más famosa que Jesucristo”.
No le va a durar para siempre pero, mientras tanto, ella es la más influyente, la que va a marcar tendencia. La que marcará a las generaciones venideras.
Fuente: Playground mag