¿Te atreves?

Ya es agosto… y ¿los propósitos de año nuevo?, ¿en el olvido? y ¿si intentamos desde una perspectiva distinta?

Recientemente una amiga publicó en una red social algo que me gustó y me hizo sentido: enfrentarte a un reto. Tal vez para algunos pueda parecer intimidante o amenazante, pero hay algo interesante y motivador en la incógnita detrás de un reto: “¿podré hacerlo?”.

Para enfrentarte al reto la respuesta clara y contundente es “claro que puedo hacerlo” y hacer todo porque así sea, dejar un poco la condescendencia y mostrarnos rudos con nosotros mismos (o tal vez, utilizar la parte ruda que todos llevamos dentro).

Parece que lo de hoy son los retos. Conozco a varias personas que se han retado a sí mismas y se han sorprendido con los resultados, es increíble cómo podemos ir más allá de aquellos que considerábamos nuestros límites cuando nos enfocamos en algo, cuando tenemos claro que esperamos conseguir.

El reto tiene que ver contigo, con algo que te mueve, vas tú solo, no es para ser mejor que nadie ni para demostrarle a alguien algo. Es simple. Treinta o sesenta días. Tú decides.

No es para sufrir, ni para andarte quejando por todos lados porque no puedes hacer X o Y cosa o porque te “auto impusiste” hacer X o Y, ¡NO! también es importante mantener una actitud acorde a las circunstancias.

Estamos en un reto y lo enfrentamos con energía, con gusto, con “garra”, tal vez me está costando pero doy lo mejor de mí, antes de desfallecer o de “aventar la toalla” me acuerdo que es mi reto, que puedo lograrlo y resisto un poco más. Tú decides.

¿Cuál es tu reto? Tal vez hay algo que siempre has querido hacer, o que puedas hacer mejor, o que quieras incluir en tu vida, o algo que quieras hacer diferente. Tú decides. Sólo sería por 30 o 60 días, no es mucho ni poco tiempo, parece ser suficiente, ¿no te da un poco de curiosidad saber si puedes lograrlo?

Reto a reto es posible ganar confianza, descubrirte, es ir paso a paso en busca de la mejor versión de ti mismo, no para ser otro sino para ser tú, con más habilidades y herramientas, con elementos que quizás no habías imaginado.

Algunas propuestas de retos podrían ser, 30 o 60 días:
• Sin refresco o sin harinas o sin dulces;
• Sin quejarte o agradeciendo 10 cosas todos los días;
• Saliendo a caminar o correr 15 minutos diarios;
• Acostándote temprano, de tal forma que puedas dormir entre 6 y 8 horas diarias;
• Ahorrando cinco pesos diarios;
• Meditar 5 minutos al día, etc., etc., etc.

Ponte un reto, sólo uno.

¿Y si no lo logras? siempre puedes volver a intentarlo, o no. ¡Es tú reto! Y los retos pueden superarse o no, eso también es un hecho y debemos considerarlo como una probabilidad, pero la manera en que lo enfrentes hará la diferencia.

¿Qué te parece cambiar la vieja escuela de los propósitos de año nuevo por la de los retos personales de 30 o 60 días?

A veces los grandes cambios empiezan con pequeños retos cotidianos, con giros sutiles que al final terminan dando un gran impulso para el giro de 360°. Un paso y luego otro, y después otros más, y tal vez un día corres un maratón.

¡Rétate! Uno nunca sabe, quizás podrías pasar del “nunca lo haría” a “lo logré y voy por más”.

(A Juan Carlos, Fanny y Álvaro C. a quienes los retos los han fortalecido e impulsado cada vez más lejos, cuentan con mi absoluta admiración).