En la mesa de al lado Óscar escuchaba claramente cómo masticaba una joven al comer, y no se trataba de hablar y comer al mismo tiempo, sino de comida dura que de cierto modo produce ruido al masticarla y de que la persona realice la función de masticar generando más ruido que otras personas.
Óscar resistió hasta que explotó y pidió ser cambiado de mesa; durante ese proceso su cólera fue en aumento, dejó de disfrutar sus alimentos y de conversar con su acompañante, se concentró en correr del lugar porque el ruido para el es insoportable.
Él tienen una condición llamada misofonía, insoportable tolerancia a los sonidos, consiste en una sensibilidad selectiva al sonido que provoca un sentimiento de desagrado muy grande para quien la padece.
La buena noticia para Oscar es que un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern concluyeron que quienes son hipersensibles a sonidos particulares tienden a ser más creativos que los que no; y tienen más aptitudes para desarrollar sus ideas que la generalidad.
La OMS destaca que cerca de un 20% de la gente sufre de esta condición que es bastante molesta ya que no importa si es un ser querido quien provoca el sonido, aún así la persona siente un enojo muy grande y a veces incluso debe irse a otro lugar para no tener que seguir sufriendo esa tortura.
