Para calificar a una persona usamos la frase “tiene un gran corazón”, lo que en sentido figurado se entiende bien. Sin embargo, cuando una persona tiene el corazón más grande de lo normal puede padecer cardiomegalia, ensanchamiento anormal del músculo cardíaco.
Se trata de una complicación de otras patologías como la acromegalia. Esta última no es más que el crecimiento descontrolado de las extremidades y órganos internos, producto de una secreción excesiva de la hormona de crecimiento.
La cardiomegalia puede ser controlada totalmente con la aplicación de diversas opciones farmacológicas. Una vez que los pacientes comienzan a usar medicamentos, su riesgo de mortalidad será el mismo que el de una persona que no tiene la enfermedad.
Para prevenir esta complicación lo primero que hay que hacer es identificar tempranamente la enfermedad causante. La cardiomegalia tiene un pico de incidencia importante entre los 40 y 50 años; el diagnóstico precoz es fundamental para evitar que el exceso de liberación de hormona de crecimiento produzca alteraciones en diferentes órganos.
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