La rubia que decidió dejar atrás su pelirrojo natural, Lindsay Lohan, obtuvo su libertad este miércoles por la mañana.
Lohan, después de todos sus escándalos, de robar un collar de una joyería, de manejar ebria, y muchas otras cosas, fue confinada a un arresto domiciliario; de hecho, tuvo el descaro de hacer una fiesta durante este lapso. No obstante lo anterior, ya se decidió quitarla de esta pena, por lo que un poco antes de las 10 de la mañana, según el vocero policial Steve Whitmore, se le quitó el equipo de vigilancia electrónica.
El portavoz de Lohan anunció que la actriz, de 24 años, cumplirá con sus labores de trabajo social en un refugio comunitario para mujeres en Los Ángeles, además de en una morgue.
Aunque ya no debe estar confinada en su casa, la libertad de salir va acompañada de 480 horas de trabajo comunitario, así como asistir a un curso reformatorio especializado para aquellos que han robado en tiendas.
La actriz tuvo una falla en su grillete de cautiverio, por lo que las autoridades asistieron a su residencia para cambiarlo; fue así, después de una revisión de la pila, que se percataron que Lohan tenía fiestas, pues uno de sus invitados había derramado una bebida sobre el artefacto.
Según Lindsay Lohan, su arresto domiciliario sirvió para alejarse del interés público. Además le dio tiempo de decorar su casa y patio.
Fuente: El Universal
Foto: Studio 92
